Capítulo 6

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Capítulo 6

Naruto

¿Edificio B? Recordé vagamente escuchar a alguien mencionar otro edificio bajo tierra, anexo a este, pero no tenía idea de quién o qué había almacenado ahí. Aunque estaba cien por ciento listo para averiguarlo. Fuera lo que fuera, parecía nefasto, porque el Sargento Danzo abandonó la habitación sin decir otra palabra. Tsunade le seguía los talones.

—Llévelos de vuelta a sus aposentos. ¿Doctor? —Hizo una pausa—. Probablemente quiera unirse a nosotros. —Luego se marcharon.

Me giré hacia Shikamaru. —¿Qué está pasando, dattebayou?

Me miró insinuando que era tonto por preguntar. Arrugué el ceño. — ¿Qué hay en el edificio B, demonios?

El otro soldado se adelantó. —Haces demasiadas preguntas y necesitas aprender a callarte, niño.

Parpadeé. Eso fue todo lo que se requirió para que Sasuke tuviera al fornido guardia estampado contra la pared. Mis ojos saltaron.

—Y tú necesitas hablarle con un poco más de modales a las personas —gruñó.

—¡Sasuke! —chillé, preparándome para el strunz.

Pero éste nunca llegó.

Él quitó sus dedos de la garganta del soldado, uno por uno y dio un paso hacia atrás. El soldado se desplomó contra la pared. Shikamaru no hizo nada.

—¿Lo dejaste hacer eso? —Acusó el guardia, señalando a Shikamaru—. ¿Qué demonios?

Shikamaru se encogió de hombros suspirando. —Tenía razón. Necesitas aprender algunos modales.

Suprimí las ganas de reírme porque Sasuke miraba al soldado como si quisiera arrancarle la cabeza. Apresurándome hacia él, envolví mi mano en la suya y la apreté. Me miró, sin verme al principio. Luego bajó la cabeza, rozando sus labios en mi frente. Sentí que la presión se me escurría por los hombros. Dudaba que Shikamaru permitiera un segundo intento.

—Lo que sea —Soltó al hombre, girando sobre sus talones, saliendo de la habitación y dejando al castaño solo ante nosotros.

No parecía preocupado.

El viaje de regreso a nuestras celdas no tuvo altibajos hasta el momento en que Shikamaru dijo: —No, ustedes dos no estarán juntos.

Me giré hacia él. —¿Por qué no, ttebayou?

—Mis órdenes son ponerlos en sus habitaciones... osease, en plural. —Tecleó el código—. No hagan esto más difícil. Si lo hacen, todo lo que ellos harán es mantenerlos separados por más tiempo.

Comencé a protestar, pero el gesto de su boca me dijo que no sería convencido. Inspiré, confundido. —¿Al menos nos dirás lo que hay en el edificio B?

Shikamaru miró a Sasuke y luego a mí. Finalmente murmuró una palabrota y dio un paso hacia delante, bajando la barbilla. El Uchiha se tensó a mi lado y el castaño le dio una mirada de advertencia. En voz baja, dijo: —Estoy seguro de que se lo mostrarán en algún momento y ustedes probablemente desearán que nunca lo hubieran hecho. Los Orígenes se guardan en ese edificio.

—¿Los Orígenes? —repitió Sasuke, frunciendo el ceño—. ¿Qué demonios es eso?

Shikamaru se encogió de hombros. —Eso es todo lo que puedo decirles. Ahora, por favor, Naruto, entra a tu habitación y no hagas esto más fastidioso.

El pelinegro tensó la mano alrededor de la mía, se inclinó sobre mí, atrapando mi mentón con la otra mano e inclinándome la cabeza hacia atrás.

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