Capítulo 12

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Capítulo 12

Sasuke

Mis brazos se apretaron alrededor de él mientras esperaba su respuesta. No es que realmente creyera que me rechazaría. No se trataba de eso. Quería asegurarme de que estaba listo después de todo. La última vez no estaba preparado y simplemente no habían sido sólo los faros. Si no lo estaba, estaría bien. Sostenerlo toda la noche sería tan increíble. Pero necesitaba una ducha de agua fría y muy larga.

Porque tenerlo en mi regazo, con su parte más suave presionada contra la parte más dura de mí, ponía a prueba mi autocontrol y me había encendido como nadie, dentro y fuera de este mundo, podía hacer.

Naruto levantó la barbilla y sus ojos se encontraron con los míos. Todo lo que necesitaba ver, necesitaba creer, era lo que había en sus ojos. —Sí, dattebayou.

No perdí tiempo después de oír esas palabras. Hacer esto, estar con él en todos los sentidos que podía, no reemplazaría todas las cosas terribles que habían sucedido, pero era un comienzo.

—Espera —le dije y luego capturé su respuesta entrecortada con un beso.

Rodeó mi cuello con sus brazos mientras yo agarraba sus caderas.

Mientras me levantaba, sus piernas se sujetaron a mí y me tragué un gemido. Sorprendido por el hecho de que aún trataba de llegar a una cama, nunca quité mi boca de la de él. Besarlo. Beber del dobe. No era suficiente, nunca podría ser suficiente.

Lo llevé a la casa y a través de las muchas habitaciones inútiles que nunca, nunca terminaban al parecer. Se rió contra mi boca cuando choqué con algo que probablemente costaba una pequeña fortuna. Encontré las escaleras, las subí sin romper nuestros cuellos y encontré el dormitorio en el que había depositado nuestras cosas antes.

Naruto estiró la mano, golpeando el aire hasta que encontró el borde de la puerta y la cerró detrás de nosotros, justo cuando cogía su labio inferior con los dientes. Un pequeño pellizco y el sonido que hizo, provocó que me hirviera la sangre. Iba a explotar antes de empezar algo.

Nos giré hacia la cama, levantando la boca de sus cálidos labios. Quería quitar las sábanas y el edredón y encontrar ricos revestimientos que fueran dignos de Naruto.

Dio un pequeño beso caliente contra mi pulso que latía con fuerza.

A la mierda con buscar las mejores sábanas.

Lo puse en la cama, moviéndome más lento de lo que mi cuerpo exigía. Me envió una pequeña sonrisa y mi corazón dio un vuelco en mi pecho mientras me arrodillaba ante él. Nuestros ojos se encontraron.

Mi pulso latía rápido, sintiéndolo en cada parte de mi cuerpo. —No te merezco, dobe. —Las palabras salieron antes de que pudiera detenerlas. Eran la verdad. Naruto se merecía el mundo y algo más.

Se inclinó hacia delante, puso su mano en mi mejilla y sentí el contacto a través de cada célula de mi cuerpo. —Te mereces todo, teme—dijo.

Volví la cabeza y besé su palma. Tantas palabras llegaron a la punta de mi lengua, pero cuando se puso de pie y se inclinó, enganchando sus dedos bajo el borde de su short, mi corazón se detuvo y las palabras murieron en el silencio entre nosotros.

Naruto levantó la camisa por encima de su cabeza y lo dejó caer al suelo a mi lado, para después proceder a sus pantalones cortos, terminando igual que su camisa.

No me podía mover. Ni siquiera pude hacer funcionar mis pulmones. Pensar se hizo casi imposible mientras lo miraba. Él me consumía. Usando nada más que un trozo de tela delgada entre sus piernas como ropa interior, con los largos mechones que enmarcaban su rostro y rozaban casi sobre sus hombros, se quedó allí, luciendo como una especie de Dios del sol.

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