El amor es azul

La vida en rosa

¿Para qué esforzarse en ser el mejor? Ya no van a existir Mozarts, o Engels, o Newtons. El esforzarse para sobresalir es terriblemente egoísta y genera un gasto inútil de tiempo y energía. Además, en el s. XXI todos somos especiales, nadie es igual. Yo soy la única a la que le gustan las mañanas frescas, el jugo recién exprimido, escribir con colores en la libreta de mi materia favorita. Ahora todos quieren ser oscuros, aman la lluvia y el café negro, no entiendo tanta seriedad.

Cuando voy por los pasillos de la universidad veo a los estudiantes de otras carreras y escucho sus opiniones acerca de grandes pensadores, creen pueden ser como ellos ¡que tontos! No entienden su lugar en el mundo, no sólo quieren ser especiales -sin entender que ya lo somos- quieren destacar ¿para qué? me pregunto. Sus nombres no trascenderán más allá de su vida, tal vez lleguen a tener un grupo de seguidores que llorarán su muerte y hasta ahí. Ya no estamos en la época de las luces, ni de los grandes descubrimientos. Nada podrá superar al primer hombre en la luna, ni la primer transmisión radiofónica, ni la belleza del David. En cuanto ántes lo entiendan su vida será más simple y sufrirán menos

Yo lo que quiero es graduarme, por exámen, no por tesis, eso es mucho lio. Y cuando me titule trabajar en un kinder, uno bonito, donde conozca a los papás de todos de los niños, donde tenga mi salón y lo decore con grandes letras de colores y dibujos de las caricaturas de moda.Y conforme envejezca que mis alumnos me recuerden como la miss que les enseñó a leer.

¿Casarme?, sí, claro, y tener mi casita y gemelos ¡nada me haría más feliz! Y un perro, no, mejor dos perros. Y ver crecer a mis hijos y como se casan y tienen hijos y ya. Todo normal, porque ya soy especial, por el simple hecho de estar viva.

Y de nuevo veo a mis compañeros, ellos sufren tanto pensando que podrán dejar algo que perdure y no se dan cuenta que lo mejor para ser feliz es no tener grandes aspiraciones, así no habrá frustración, ni dolor, así no habrá grandes batallas. Todo será simple y sin conflicto, como las margaritas que dibujo en mi libreta cuando me aburro en clase.