“El que se mueve no sale en la foto” es la frase con la que crecí y aprendí cómo ser un buen político. Como cambiar de color sin mucho problema y a cobrar y pagar favores ¿de qué otra manera podría mantenerme sin ser notada? A mi no me interesan los grandes reconocimientos, ni que mi nombre lo lleve una calle. Yo quiero una cuenta bancaria bien jugosa y largarme de viaje a donde se me de la gana y que nadie me moleste. Algunos sacrificios he tenido que hacer, claro, como evitar ropa estrafalaria o peinados muy alocados, el maquillaje discreto, vaya ¡ser casi un hombre sin dejar de ser mujer! Pero nada más, como cualquiera otra que trabaja en una oficina, que come de 1 a 2 y sale a las 6.
Podrían decir que soy toda una godínez, pero se equivocan, soy un producto diferente: soy una burócrata. Sigo rigurosamente los procedimientos del manual, no los cuestiono, no es mi trabajo. Mi trabajo es que el pedazo de engrane que me toca ser funcione bien, que no se note la falta de ese dinerito de la caja chica e ir escalando a lugares donde haya más y más. Llevo así 15 años, soy subdirectora de un área en una subsecretaría oscura, pocos muy pocos ciudadanos podrían conocer el laberinto burocrático que se necesita para llegar a la rendición de cuentas de esta parte del gobierno. Y así me gusta, así nadie notará como año con año falta dinero.
Empecé a trabajar joven y me jubilaré joven, y eso será la gloria. Todo ese dinero que tan celosamente he acumulado será utilizado. Por el momento nada de lujos, mi carrito de hace 8 años, ropa no muy cara, nada de restaurantes muy fancies. Discreción y aceitar el camino para seguir subiendo y ayudar a subir a otros. Ellos roban más, mucho más, si algo saliera mal, ellos cargarán con la peor parte, yo soy tan gris que en 5 años nadie me recordará. Y así está bien, para lo que hago y lo que quiero no ser notada es lo mejor.
Hay veces que tengo problemas con los compañeros, que por que no hago bien mi trabajo, ¿a mi qué? Hay otros que hacen que la chamba salga y con eso ya nos autorizan el presupuesto - y asegura crezca mi guardadito- ¿qué problema hay? De todas formas nadie espera que en el gobierno las cosas se hagan bien, con que se salga del paso ya estuvo y para eso yo me pinto sola.
Como dije, yo quiero mi cuenta en el banco y mandarlos a volar a todos. Que los jefes no me noten, que mis compañeros no me noten… que nadie me note, entre menos se acuerden de mi, mejor.
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El amor es azul
Short StorySer extraordinario o especial está sobrevalorado. Al final, lo que siempre perdura es lo promedio, la media. Recomiendo escuchar esta pieza mientras se leen las historias https://www.youtube.com/watch?v=45mLMDNKGNw