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Hoseok se levantó de la cama, con una mala sensación en su pecho, algo que le quemaba que al ponerse de pie desapareció. Tal vez sólo fue un mal sueño, decidió ir por algo de comer.

Bajó, topándose con su hermano mayor, con un traje de gala, con los ojos cansados.

—¿Taehyung?— dijo algo sorprendido, aunque también algo soñoliento.

Taehyung sólo puso un dedo sobre sus labios. —shh.— susurró lo más bajo posible.

Y trató de seguir su camino a su habitación como si nada, Hoseok sólo alzó los hombros tomó fruta y regresó a su cuarto.

El mayor abrió la puerta de su cuarto y se pasó silenciosamente, la cerró tras él, por fin pudo respirar. Se cambió a la ropa que anteriormente traía, más cómoda y por fin durmió.

A las pocas horas, Jungkook trataba de descansar aún no se sentía completamente bien, de repente sintió el sol bruscamente en su cara.

Abrió los ojos como pudo e hizo una expresión de disgusto. —¿qué?— adormecido aún.

habías quedado con nosotras que nos darías clases de arco durante la mañana, la tarde se aproxima y aún no te levantas, estamos quedando mal vistos frente a Hwasa.— la voz pertenecía a Eunha, quien después de abrir la puerta del balcón de Jungkook, dejando entrar el sol, se paró al lado de su cama y se cruzó de brazos.

Jungkook suspiró, había olvidado esa promesa completamente, cerró los ojos tocando el puente de su nariz, la luz le molestaba. —cierra la puerta, la luz.— se quejó.

Eunha cerró la puerta. —ahora levántate, estamos listas para tomar la clase.— sonaba enfadada aún.

Jungkook la miró y su cansancio no dió para más, se dejó caer de nuevo en su almohada. —dejémoslo para más tarde, aún deseo dormir.—

—no, ya preparamos los arcos.— Eunha parecía estar haciendo una rabieta, no estaba de buen humor, no le gustaba la impuntualidad.

Jungkook la ignoró juntando paciencia, no le gustaban las rabietas de su hermana menor, con su cobija cubrió hasta su rostro.

Eunha se molestó, se acercó a él y lo destapó del rostro.

El no descansar y la forma en la que se estaba dirigiendo a él, lo hizo estallar gritándole por primera vez en su vida. —¡¿por qué eres tan molesta?! dije que no, retírate, dormiré.— se tapó de nuevo.

Eunha se quedó dolida, salió del cuarto enseguida, entre enojada y triste.

Se topó con Hwasa en el pasillo y ella la detuvo. —Eunha, ¿entonces, la clase?

Ella tenía un nudo en la garganta y los ojos llenos de lágrimas que querían salir. Entre eso y el coraje, no pudo responder.

—¿quieres hablar?— Hwasa al verla bien.

Asintió de respuesta, juntas entraron a sus aposentos y la princesa de China fue la primera en hablar;  —¿por qué estás así?—

Prohibido ➽ [KV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora