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Pasaron dos días más, con la misma situación pero Taehyung no pensaba seguir así, decidió escribir una carta y con Leeteuk se la mandaría;

" Amor mío, las noches han caído y
mi corazón sediento ansía poder besar tus labios otra vez.
Te escribo en agonía y sin orgullo que perder, confesando que anhelo verte,
vuestra ausencia me mata. Estaré esperándote por la noche, donde siempre la luna es testigo de nosotros.

sólo tuyo, Kim Taehyung."

Por fortuna, esta tarde Jungkook no se encontraba con su padre ya que el rey decidió salir con sus favoritas a merendar.

El fiel cómplice de ambos jóvenes llegó al castillo negro, al entrar encontró al príncipe leyendo mientras caminaba por la sala principal.

-que dicha ser recibido por usted.- Leeteuk, hizo una suave reverencia.

Jungkook cerró el libro dejando el separador en él, le sonrió. -por favor.- se hizo a un lado y señaló que pasara, irían a sus aposentos.

Al entrar ahí cerraron la puerta. -¿qué es lo que me hace digno de vuestra visita?- Jungkook dejó aquel libro en su cama.

-un mensaje.- Leeteuk sacó de su traje la carta, sin ningún maltrato, intacta la entregó.

El príncipe ya tomó con una gran sonrisa, sabía que Taehyung le enviaba y para él no había mejor correspondencia que esa.

-tengo labores con los cuales debo cumplir en el reino blanco pero no podía negarme con Taehyung, cumplida mi tarea ¿puedo retirarme?- Leeteuk fue amable.

-lo agradezco, por supuesto.- el príncipe estaba ansioso por abrirla, pero no fue hasta que se retiró que se sentó en su cama y abrió aquel sobre con cuidado.

La leyó, sintiendo emoción y suspiró, se dejó caer hacia atrás, mirando al techo mientras estaba acostado se sintió afortunado de ser el motivo de tales palabras llenas de amor. -sólo mío.- dijo para sí mismo.

Se levantó, fue al cajón en el que siempre guardaba sus cartas bajo llave y con seguridad la dejó ahí.

El día pasaba, de pronto el atardecer se asomaba por el horizonte. Su padre llegó y enseguida fue a los aposentos del príncipe. -Jungkook.-

El mayor de sus hijos reverenció ante su presencia.

-entrenaremos ahora, estoy libre.- Namjoon se recargó en su puerta.

Jungkook levantó las cejas sorprendido. -pensé que hoy no habría entrenamiento.- ya que siempre es por las mañanas.

-lo harás cada día, sin descansos, ahora bajemos.- Namjoon se dió la vuelta y se marchó, esperando que su primogénito lo siguiese.

Y así sucedió, Jungkook sólo tomó el cinturón con su espada y fue detrás de él, despreocupado por la hora ya que aún era temprano, sus encuentros con Taehyung solían ser más tarde.

Se encontraban en el jardín principal de nuevo, el príncipe no vio a los guardias con los que luchaba generalmente, ni objetivos a su al rededor para el arco, así que cuestionó. -¿cuál será mi entrenamiento de hoy?-

Prohibido ➽ [KV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora