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El miedo de Taehyung por ser plantado era una realidad, tristemente fue así.

Mientras regresó a su cama y se recostó, estómago se revolvió de tan sólo recordar lo que escuchó del rey Jeon aquella noche; “volverás a ser el Jungkook que eras”. Y por Dios que no quería ni pensar en esa posibilidad.

No quería volver a ver a ese Jungkook sin brillo en sus ojos al terminar sus acciones, sin valor de luchar por su felicidad, ese que fue.

No quería perderlo, le aterraba.

Cuando el amanecer se posó en el horizonte, la mañana tenía niebla y era helada, Namjoon se colocó su traje oficial.

Comenzó a despedirse de su reina, la cuál quedaría a cargo durante esos dos días. El rey le dió indicaciones sobre lo que tenía que hacer, después la llenó de besos y la abrazó  fuertemente.

Mientras tanto, con el frío que entraba por su balcón y el fino cantar de las aves matutinas, Jungkook abrió los ojos.

Se sentó en su cama adormilado aún, se tapó y su mente se refrescó, pensando en la noche anterior.

Y recordó a Taehyung, su cita con él. Golpeó su cabeza con su palma. —me va a detestar.— miró al suelo.

No pudo lamentarse más, su padre entraba a sus aposentos. —perfecto despertaste, ahora abrígate y vámonos.— tenía una sonrisa sobre sus labios, después de hablar salió para dejarlo vestir cómodamente.

Jungkook se levantó y se colocó un gran abrigo, el frío era abundante, sobre todo cuando sabe que irían en barco y el agua hace que la fría niebla se duplique.

Se colocó el cinturón con su espada y salió de sus aposentos, bajando con rapidez pues su padre ya lo esperaba en la entrada del castillo, junto la reina y su ahora esposa; Jisoo.

La carroza que los llevaría al muelle estaba lista, tenía la puerta abierta y los esperaba.

Namjoon sujetó a Tiffany de la cintura, se acercó a susurrar algo en su oído, después le dió un suave beso.

Jisoo acomodó el cuello del abrigo de Jungkook, él pensó que era adorable que estuviese aquí tomándose el tiempo de despedirlo.

—deberías estar recostada, hace mucho frío y no le haría bien al bebé.— Jungkook sujetó sus manos, dándole calor.

tan sólo queríamos desearle un buen viaje su príncipe y yo.— Jisoo habló con dulzura, sin pedir permiso, colocó sus pies en punta y dejó un beso sobre sus labios. —vuelva pronto.— sonrió.

El príncipe Jeon no se consideró capaz de hacerle un desplante después de ser tan amable con él, le devolvió la sonrisa y la abrazó. —a la mediante.—

Namjoon se acercó al guardia que sostenía la puerta abierta de la carroza. —cuiden bien de mi reina y castillo.— miró a su príncipe. —¡Jungkook!— subió primero a la carroza.

Jungkook abrazó a su madre rápidamente y corrió a subirse a la carroza detrás de su padre, sentándose justo a su costado.

Prohibido ➽ [KV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora