Desperté con un horrible dolor de cabeza, estaba oscuro y no veía nada, pero mi olfato me permitía oler a robles, humedad y naturaleza, intenté moverme pero mis manos estaban atadas a algo escuchando unas cadenas, me asusté por eso y sentí la venda en mis ojos al pasar por ahí mis codos, asustado me senté y escuché unos pasos.
— ¿Quien eres? — dije nervioso.
— Tranquilo bebé estoy aquí — escuché su voz de una forma tétrica poniéndome mas nervioso.
— ¿Donde estamos? — susurré.
— En una cabaña, es de la familia, podemos usarla el tiempo que queramos.
— ¿Y qué vas a hacerme? — pregunté asustado.
— ¿Yo? ¿Acaso no recuerdas nada bebé? — sentí que se sentó a mi lado.
En eso recordé lo que paso en mi casa, no se que hacía él ahí pero estaba ahí así que trague saliva nervioso.
"— Pero soy un imbecil, olvide que te gusta rudo y con castigos... pues bien, te haré llorar tanto que desearás huir, pero no te dejaré huir nunca más — sentenció y perdí la consciencia por falta de aire."
— Tae no hagas esto.
— ¿Hacer qué? — rió levemente — no nos hagamos tontos pequeño, en este momento piensas que estoy loco, pero déjame darte las buenas nuevas... tu estás igual o más loco que yo.
— Eso no es cierto — negué.
— Puedo comprobártelo las veces que quieras — susurró en mi oreja dándome escalofríos.
El empezó a pasar su lengua por su cuello empezando a temblar yo al mismo tiempo, mordí mi labio queriendo no llorar pero empezó a acariciar mi bóxer sobre el pantalón haciéndome reaccionar casi de inmediato, me detesto, detesto las reacciones de mi cuerpo y nunca las iba a aceptar.
— Tae detente, no me toques — le pedí pero el se rió.
— No estás siendo premiado ¿recuerdas? — dijo separando mis piernas fuertemente — ¿o ya olvidaste cuando te revolcaste com aquel idiota?.
— Hoseok hyung no es un idiota, es mejor persona que tu — lo defendí pero fue mala idea porque tomo mi cuello nuevamente apretándolo.
— Pero tu no eres una buena persona, te gusta el hecho de pensar que voy a romperte aquí abajo pero tu orgullo no te deja gritarlo, bueno... eso no será problema, pronto estarás gritando tanto que voy a sentir que estoy en el cielo — dijo con un tono serio quitando mi pantalón.
— Tae hablo en serio, esto es un delito, no puedes hacerme esto.
— No es delito si lo disfrutas y a ti te encanta disfrutar este juego de rol que hacemos tu y yo.
El la metió de golpe haciéndome gritar, intenté quitarme las esposas pero era inútil, apreté los puños cuando empezó a moverse bruscamente queriendo no gritar porque haría lo que él quería, pero me dolía tanto que no iba a poder ser así, mis gritos empezaron a salir.
— ¡Hyung basta! ¡Me duele! — grité desesperado.
— Eso es, grita más, no te avergüences nadie va a escucharte mas que yo — se burló.
Grite fuertemente cuando la metió más empezando a mover mis piernas queriéndolo empujar pero era inútil, él siguió así por lo que se me hicieron horas pero apostaría que solo fue una, ya no dolía tanto y empecé a gemir hace unos minutos sin poder callarme.
— ¿Lo sientes pequeño? Ese dolor que te causa placer, es una adición, puedes volverte loco como yo y eso es perfecto.
— ¡Yo... no quiero esto! ¡Esto no está bien! — grite llorando.
— Pero si ya empezaste a mover tus caderas, incluso si no me muevo tu harás todo el trabajo.
— No es cierto — susurré — solo te aprovechas de las reacciones naturales de mi cuerpo, pero es mi cuerpo no soy yo.
— ¿Y no es lo mismo? — dijo empezando a besar mi cuello.
Ahogue un gemido llorando cuando sentí su semen salir y el mío también, me sentía asqueroso pero al menos ahora podría parar.
— Que bueno que te relajes, así estarás más suave cuando lo meta entero.
