« baje medio tono, libere mis problemas»
Sofía.
Un año después.
Dejo mis cosas en la puerta y miro la casa.
Esta antes de todo estaba llena de alegría, de amor.
Los días se habían vuelto grises desde que Justina no estaba en nuestras vidas.
Después de que nos enteramos de su muerte, nada volvió a ser lo mismo de antes.
A los meses empezaron las peleas con Valentín.
Nos echabamos la culpa mutuamente.
Por no ser buenos padres.
Por no ir a buscarla ese día, llevarla.
Estábamos rotos los dos y nada podía sanarnos.
Llevó las valijas a mi auto y veo que desde el segundo piso, Valentín me mira mientras fuma un cigarrillo.
No se iba a despedir.
Suspiré y entro devuelta a la casa.
Voy a la pieza de Justina y agarro un par de cosas de ella mientras lloro.
Perdón hija.
Por todo.
Me voy de la casa mientras lloro.
