sᴏᴜʟᴍᴀᴛᴇ (ᴀᴜ ғᴀɴᴛᴀsɪᴀ) [∂íα 5]

1K 146 8
                                    

¿Has escuchado la leyenda del hilo rojo?
"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romper".

Eijirou Kirishima estaba completamente seguro que su Rey Bakugou Katsuki, era su alma gemela, lo sintió desde la primera vez que se topó con él. La mayoría de las personas le temían pero al pelirrojo le había demostrado lo amoroso que podía llegar a ser.

5 años habían pasado desde que se conocieron, 4 años llevaban siendo pareja y no había día que su rey no le demostrará lo mucho que le amaba, Eijirou, siendo un híbrido de dragón, se sentía afortunado de ser tratado como una persona por alguien del rango de Bakugou.

Lo amaba tanto, estaba enamorado de él como nunca imagino, Bakugou le había dado los mejores años de su vida, le había enseñado más de lo que hubiera pensando.
Cómo era el amor de su vida, como esa su destino, no dudo ni un segundo en ponerse frente a él como escudo, aquella espada enemiga lo había atrevado pero no contaba con que la arma fuera tan larga que fue capaz de atravesar a ambos.

Eijirou tomó las mejillas de su rey con lágrimas en los ojos, unió sus frentes recordando como había sido su vida en los últimos años y unió su frente con la de su esposo, Bakugou lo sostenía por los brazos, su mirada estaba llena de miedo pero Kirishima se mantenía tan tranquilo, pues estaba agradecido de lo que había vivido a su lado.

-Mi Rey, no puedo creer que este sea nuestro fin, pero mi Rey, usted piensa como yo ¿verdad? Que somos almas gemelas y nos vamos a volver a encontrar, pues una vida no fue suficiente para demostrarle todo mi amor. -Eijirou se sujetó de su cuello. El dolor de hacia cada vez más insoportable pero no se mostraría débil en aquel momento, quería irse tan fuerte como su Rey.

-Dragón estúpido ¿por qué siempre haces lo mismo? -Katsuki acarició los cabellos de su esposo, tratando de sonreír -Creo en esa mierda de la que tanto hablas, una vida, ni siquiera dos o tres serán suficientes para amarte. Me importa una mierda lo que tenga que esperar, nos volveremos a encontrar y más te vale que me recuerdes, maldito idiota.

Mientras sus compañeros de batalla luchaban por detener a aquel villano, ellos dos se despedían. Cayeron juntos al suelo, Kirishima sobre el cuerpo de Bakugou apoyándose en su pecho,Kirishima había comenzado a llorar.

No quería irse, no quería que eso terminará, no quería dejar a su esposo. No quería que su esposo lo dejara.

-Katsuki... -susurro apenas con voz audible -Te amo tanto, gracias por todo.

-Eijirou... Te amo demasiado -con la poca fuerza que le quedaba se abrazó a su dragón, aquel chico con el que había decidido compartir todo de él.

Cerró sus ojos sintiendo como el cuerpo de su pareja había dejado de respirar, Eijirou se había ido, pero estaba seguro que volverían a encontrarse, su estúpido dragón no podría escapar de él tan fácil.

Bakugou cerró sus ojos y se dejó llevar, con una sonrisa en sus labios dejó el mundo, pues quedó satisfecho con lo que había hecho, principalmente a quien había decidido amar.

💮 🍁 🌺 💮 🍁 🌺 💮 🍁 🌺

Kirishima estaba tomando una ducha luego del entrenamiento que habían tenido, se sentía demasiado cansado y el agua corriendo por su cuerpo hacía sentir mejor. Cuando terminó de bañarse salió con una toalla sujeta a su cintura, vio hacia su abdomen y tocó aquella cicatriz con la que había nacido, nadie sabía que podría significar aunque había un dicho que decía que dos almas destinadas a encontrarse tendrían una marca para reconocerse.

Su prima se lo había dicho en broma pero eso a veces lo había hecho pensar demasiado, era una cicatriz tan bien definida que nunca entendió el porque la tenía.

Se estaba poniendo los pantalones y cuando giró para tomar su camisa se encontró con Bakugou saliendo de la ducha, también tenía una toalla sujeta a su cintura.

Eijirou lo vio de reojo, pues siendo su compañero más masculino que conocía, no podía evitar verlo. Rara vez Katsuki se mostraba de esa forma pero seguramente porque sólo ellos se encontraban dolor era que se sentía tranquilo de estar así.

Eijirou se acercó a su bro mientras se ponía su camisa sobre su cabeza, al estar más cerca del rubio se dio cuenta de algo que llamó su atención, tenía una cicatriz parecida a la suya.
Sé detuvo uno momentos quedándose en silencio ¿Qué significaba aquello?

-Katsuki... ¿Cuándo te hiciste esa cicatriz? -Kirishima se sorprendió al verlo sonreír de aquella forma, era una sonrisa tan dulce que no pudo evitar sonrojarse.

-Fue hace tanto, Eijirou -Bakugou se levantó y acarició la mejilla del pelirrojo -Idiota, te dije que no lo olvidaras ¿Por qué tardaste tanto?

Eijirou levantó su camisa enseñándole su cicatriz, eran tan similares y parecían encajar que solamente alcanzó a sonreír. No sabía por qué pero sentía que había encontrado algo que le hacía falta en su vida.

-Katsuki...

Katsuki había sospechado algo desde la primera vez que vio aquella cicatriz en el abdomen de Kirishima, pudo deducir que encajaba con la propia.
Comenzó a investigar que podría significar y se topó con la leyenda el hilo rojo y con el mito de tener una marca que podría hacer que tu alma gemela te reconociera.

Bakugou entendió que esa era la razón por la que Kirishima le daba tanta confianza, la razón de querer mantenerlo a su lado y el porqué no le fastiaba, sabía que lo conocía mejor que nadie pero a veces sentía que lo conocía de toda la vida.

Había llegado a conclusión de ser su alma gemela y por supuesto que no le molestaba, era todo lo contrario, solo tenía que esperar a que Eijirou también lo describiera pero el imbécil había tardado tanto.

Una vida, dos o incluso tres, nunca serían suficientes para ser feliz al lado de la persona que amas.

Fin

KiriBaku Week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora