La Hermana de Ron Weasley (Draco Malfoy y tú) //7//

**La Venganza del Goblin**

Aquello ya se estaba volviendo rutina, cada vez que a Ron le tocaba custodiar el guardapelo se volvía totalmente desagradable.

Harry tuvo problemas para hacer el partonus cuando se halló con los dementores cuando fue a buscar comida, supusimos que fue porque llevaba el guardapelo puesto y éste lo poseyó o algo parecido.

Y cómo no, Hermione y Ron se ponían a discutir por... casi todo.

-¡Hermione, cállate, oigo a alguien!- le grité a la chica que estaba por responderle a mi hermano algo nada agradable.

Estaba esforzándome por escuchar, tenía las manos levantadas aún advirtiéndoles para que no hablaran.

Entonces, sobre el torrente y efusión del oscuro río que había junto a nosotros, escuché voces otra vez.

Miré a mi alrededor buscando el chivatoscopio.

No se estaba moviendo.

-Conjuraste el encanto Muffliato sobre nosotros, ¿no?- le susurró Harry a Hermione.

-Los hice todos, Muffliato, Repelente de Muggles y los Encantamientos Desilusionadores, todos ellos. No deberían ser capaces de oírnos ni vernos, sea quién sea.- susurró Hermione.

Fuertes ruidos de forcejeos y arañazos más el sonido de piedras y ramitas desalojadas nos indicaron que varias personas estaban trepando por la empinada y arbolada ladera que descendía hacia la angosta orilla donde habíamos armado la tienda.

Sacamos las varitas y esperamos.

Los encantamientos que habíamos conjurado a nuestro alrededor deberían ser suficientes, en la casi total oscuridad, para escudarnos de la vista de los muggles y de los brujos y brujas normales.

Si eran Mortífagos entonces tal vez nuestras defensas estuvieran a punto de ser probadas contra la Magia Oscura por primera vez.

Cuando el grupo de hombres llegó a la orilla las voces se hicieron más altas pero no más inteligibles.

Estimaba que sus dueños debían estar a menos de veinte pies de distancia pero el río que caía en forma de cascada hacía que fuera imposible asegurarlo.

Hermione tomó su bolso bordado y empezó a registrarlo, después de un momento sacó cuatro Oídos Extensibles y nos tiró uno a cada uno, que velozmente insertamos un extremo del cordón color piel en nuestros oídos y sacamos el otro extremo fuera de la entrada de la tienda.

-Debería haber algunos salmones por aquí, ¿o te parece que todavía no ha llegado la temporada? ¡Accio Salmon!- Segundos después Harry escucho una cansada voz masculina.

Hubo varios ruidos de salpicaduras y luego ruidos distintivos del pescado batiéndose contra la carne.

Alguien gruñó apreciativamente.

Sobre el murmullo del río podía distinguir otras voces pero no estaban hablando en nuestro idioma ni en ningún otro lenguaje humano del que tuviera conocimiento.

Era una lengua ruda y poco melodiosa, una sarta de repiqueteantes ruidos guturales y parecía haber dos interlocutores, uno con un tono apenas un poco más bajo y pausado que el otro.

Un fuego cobró vida del otro lado de la lona y largas sombras pasaron entre la tienda y las llamas.

El delicioso aroma del salmón asado flotó tentadoramente en nuestra dirección

-Aquí, Griphook, Gornuk.- Luego llegó el tintinear de cubiertos sobre platos y el primer hombre habló otra vez.

-¡Goblins!- Hermione articuló.