Capítulo 6

79 8 1
                                    

Capítulo 6
Cuando el Sol se oculta.

¿Quieres hablar de esto, hija?.— Michael Jauregui abrazaba a su pequeña fuertemente. Sentados en el sofá de la sala después de tres días en la estación de policia.

Las agentes no llegaron a nada, las declaraciones les daban pistas pero ninguna apuntaba a nada. Todos tenían una cuartada, parecía como si lo que le pasó a Camila Cabello fue irreal, o no en esta dimensión. La Agente Santiago veía muchas series de conspiraciones.

¿Sabes dónde esta?.— fue su única pregunta, sin dejar de sollozar.

En el cementerio de la colina, sus padres no quisieron que estuviera en el municipal. Puedo llevarte ahí mañana.

— Por favor.— asintió.

Michael estuvo con ella un tiempo más, solo abrazándola y acariciando su cabello. No podía soportar el inmenso dolor de su hija por tan terrible pérdida. ¿Cómo no se dio cuenta antes? Esas dos niñas que jugaban en su casa del árbol a los 11 años...vaya que sorpresa.

Mientras la ojiverde no soportaba el dolor que aquejaba su corazón, la mejor amiga de la chica se encontraba en el gimnasio, uno cerca de casa. Estaba haciendo su rutina de boxeo y no paraba de golpear el costal, uno tras otro eran los golpes duros, que resonaban por el lugar. No dejaba que las lágrimas cayeran por sus mejillas.

¡Mierda!.— un golpe seco y se abrazó al costal, sin poder resistirlo más.

Di...basta ya. Te estas lastimando.— escuchó la voz de Normani.

¿No lo entiendes?

— Claro que lo hago, pero no hay nada que se pueda hacer. ¿Piensas pasar el resto de tu vida llorando por ella? ¿Haciendote daño?.— pregunto al estar más cerca, dejando su bolso a un costado.

Era mi mejor amiga. Ella nunca se fue de mi lado, me ayudó a entrar al equipo, me ayudaba a estudiar porque soy muy cabezota para eso, incluso hizo que dejara de...ya sabes.— se encogió en su lugar, eso le avergonzaba.

Yo lo sé Di, pero no tienes que seguir así, no conocía como tú a Camila, pero sé por lo que me hablaste de ella que no le hubiera gustado verte así.

— ¿Qué más puedo hacer? No pude ayudarla esa noche.— se sentó en la pequeña banca y Normani la abrazó.— No escucharon sus gritos, sus sollozos, nadie estuvo ahí, era una fiesta para ella Mani, y yo estaba muy ocupada emborrachandome en una esquina. Yo no le ayudé.

— Nadie lo hizo Di, por desgracia nadie la escuchó. ¿Qué pensabas hacer? ¿Enfrentarte tu sola contra las personas que lo hicieron?

— Algo hubiera hecho, llamar a la policia, gritar por ayuda, algo.— y fue que Normani no pudo soportar el ver a Dinah tan destrozada emocionalmente.

Dinah se abrazaba a ella y lloraba contra su hombro, parecía una niña pequeña e indefensa.

Ya ya, esto lo vamos a superar juntas.— no aflojaba el abrazo, si bien a Normani también le dolía la repentina pérdida, ella no era muy apegada a la castaña, pero no podía imaginar que alguien hiciera algo como eso. Tenía que mantenerse firme por Dinah.

Mañana Laur irá a verla. ¿Quieres ir conmigo, por favor?.— le pidió sin levantar el rostro.

Por supuesto que sí, Di.

Luego de unos minutos así, Dinah se levantó y salieron del gimnasio. Le llamó a sus padres diciendo que dormiría en casa de Normani. La morena aceptó, esa misma noche la pasaron abrazadas, sin hacer nada más, llorando la pérdida de una inocente. No intentaron tener sexo, ni besarse o algo parecido, todo fue tranquilo, consintiendo a Dinah.

MISSING» camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora