Capitulo 2 • La Huida

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-Bien, es tu turno querida- dijo Kaznyk y Thea no tuvo más remedio que entrar en la cápsula y prepararse para lo peor- Adelante, hagamos historia- dijo confiado y uno de los científicos bajó la palanca, imediatamente la joven empezó a sentir como esos rayos le penetraban la piel y como envolvían su cuerpo de radiación, ella no tardó en empezar a gritar del dolor ,era como si te quemaran viva.

Después de unos 40 minutos llenos de dolor, apagaron la cápsula y el primero en acercarse fue Kaznyk quién borró su sonrisa y puso una mueca de enojo.

-Maldita sea, no funcionó- dijo viendo las quemaduras que Thea tenía en sus brazos, cuello y piernas, el objetivo era que el sujeto debía salir ileso de los rayos, entonces eso significaría que había resultado.

- Funcionará la próxima vez , señor- dijo uno y Kaznyk lo miró con furia.

-¡¿Cuántas veces nos hemos dicho eso?! ¡Jamás podremos cumplir nuestro objetivo! - les gritó y ellos se alejaron asustados, algo peor que un Kaznyk cínico, era un Kaznyk cínico y encima enojado.

Kaznyk junto a los científicos empezó a revisar los documentos del experimento , intentando buscar el error que habían cometido, la puerta de la sala estaba abierta y  Thea luchaba por poder moverse y quitarse las ataduras para poder escapar de una vez por todas, quería aprovechar ésta oportunidad que en otras ocasiones no tubo.

-¡Busquen bien,debemos saber en que fallamos!- volvió a decir Kaznyk.

Thea ya desesperada recurrió a tratar de quemar las ataduras con sus luces, tratando de no hacer el más mínimo destello posible, intento varias veces hasta que por fin lo logró, miró hacia adelante y vió que Kaznyk como los científicos estaban metidos en los documentos, así que aprovechó para salir de la cápsula y caminar en puntillas hacia la puerta.

~•~

Estando fuera de la sala, aprovechó para empezar a correr hacia la salida pero se detuvo en un pasillo cuando vió como el guardia que la maltrataba junto con otro estaban dándole descargas a un chico pelinegro.

-¡Ésto te mereces engendro!- le gritó el guardia, Thea quería escapar incluso tenía la salida frente a ella, pero al oír la palabra "engendro" ,se enfureció ya que durante diez años había sido llamada de esa forma y ya estaba harta de escucharla y estaba harta de ese guardia, retrocedió unos pasos para después empezar a caminar hacia ellos, pero entró en pánico al ver como uno de los guardias sacó un bastón.

- Ésto te recordará lo que eres- dijo y justo cuando estaban por golpearle, Thea alzó una de sus manos inconscientemente y el guardia quedó inmóvil de repente, Thea miró su mano y luego volvió a mirar al guardia, ¿Acaso ella había hecho eso? ¿Acaso los rayos le habían dado una nueva habilidad?

-¿Qué pasa? ¿Porqué no lo golpeas?-dijo el otro guardia,para luego percatarse de la presencia de Thea- Tú, n-no puede ser ¡Déjalo!- volvió a decir algo aterrado y la pelinegra sonrió.

-No, ya he tenido suficiente- dijo para después hacer un puño con la mano que tenía elevada, causando que el brazo del guardia se rompiera y que gritará de dolor, el otro guardia quiso escapar pero Thea no lo dejó, lo elevó en el aire y luego lo azotó contra la pared dejándolo inconsciente, en ese momento la alarma que indicaba que algún sujeto había escapado empezó a sonar dándole entender a Thea que Kaznyk y los demás se dieron cuenta que escapó.

-Vamos- dijo acercándose al chico teniéndole la mano para que levantara y éste la aceptó poniéndose de pie, los dos jóvenes empezaron a correr hasta que por fin habían salido de aquella organización del terror, se detuvieron unos segundos para poder respirar y luego continuaron.

-¿A dónde vamos? - preguntó el chico pero Thea no respondió.

Tardaron unos minutos hasta que vieron una carretera y en ésta había una camioneta en la orilla ,estos aprovecharon y se subieron minutos antes de que ésta arrancara, alejándose de todo lo que conocían y sin saber a donde irían.

-¿Cómo te llamas?- le preguntó el chico y ella lo miró.

-Ya no lo recuerdo, me han suministrado tantas sustancias y me han hecho tantos experimentos que... No recuerdo ni mi nombre, ni cuantos años tengo- dijo sincera y éste asintió.
-Yo tampoco lo recuerdo , nisiquiera a mi familia, ni de donde vengo- dijo el chico triste.

-Yo recuerdo de donde vengo y también a mi abuela ,ella era mi única familia -le dijo.

-¿Era?

-Sí, murió hace diez ocho años- dijo Thea mirando el cielo estrellado mientras la brisa nocturna acariciaba su larga cabellera negra.

-Lo siento- dijo el chico tomando una de sus manos, a Thea no le incómodo eso, al contrario le alivió el dolor que sentía en ese momento- Mis padres debieron de haberse olvidado de mi también y de nada vale buscarlos si no los puedo recordar

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-Lo siento- dijo el chico tomando una de sus manos, a Thea no le incómodo eso, al contrario le alivió el dolor que sentía en ese momento- Mis padres debieron de haberse olvidado de mi también y de nada vale buscarlos si no los puedo recordar.

-Estás solo entonces, al igual que yo- después de decir eso los dos se quedaron en silencio por unos minutos.

-Deberías dormir, te ves demacrada- soltó el chico y Thea lo miró.

-No lo estoy- dijo bostezando y el chico la miró con obviedad- Bien, solo unos minutos-dijo rendida acurrucandose en el hombro del chico, tal vez lo acababa de conocer pero el sueño la mataba, antes de cerrar sus ojos se fijó en sus quemaduras y vió que estas ya no estaban, habían sanado de la nada, sacudió su cabeza y cerró sus ojos, el chico la miró con una media sonrisa y minutos después también cerró sus ojos, ambos durmiendo tranquilamente por primera vez en tantos años.

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