Day #6

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#FirstTimes


   Tocó el timbre una sola vez, presionando el botón tal vez con más fuerza de la requerida, y esperó un par de minutos que se le hicieron eternos como el demonio.

Desde afuera pudo escuchar una discusión escándalosa dónde los gritos predominaban fuertemente, pero no comprendía por completo lo que esas voces decían.

De golpe la puerta se abrió y se cerró de un fuerte portazo. Katsuki estaba frente a él, vistiendo unos pantalones negros ajustados, una camiseta también negra con el logo de una banda que no reconocía impreso y un par de tenis negros.

—¿Vas a quedarte ahí como imbécil o nos largamos? No tienes ni puta idea de lo difícil que fue conseguir el permiso de mis padres.

El de cabello claro comenzó a caminar dejándole atrás y él simplemente corrió hasta alcanzarlo.

"Pedir permiso". Si lo dijera absolutamente nadie le creería que Bakugō Katsuki, el matón de la clase, pedía permiso a sus padres para salir.

Se vestía como delincuente. Con esos pantalones ceñidos a sus caderas y que resaltaban la forma de sus piernas y su trasero, con perforaciones en las orejas, cejas y lengua, con esas camisetas holgadas o rotas que dejaban totalmente a la vista su esbelto y ligeramente musculado cuerpo. Era grosero, irrespetuoso, mal hablado, escándaloso y agresivo.

Cualquiera le diría que salir con ese chico era cometer suicidio y quizá no estuvieran tan errados con esto. Katsuki tenía un comportamiento y personalidad de lo peor.

Pero aún así estaba loco por ese chico problemático. No era sólo su físico perfecto que no desperdiciaba oportunidad en presumir, era algo más allá de su bonita boca, de sus fuertes brazos, de sus marcados pectorales y piernas torneadas. Eran esos sonrojos cuando estaban a solas, que se hiciera el desentendido cuando indirectamente le hacía un cumplido, esas sonrisas sinceras y risas escandalosas, esos besos tímidos y caricias indecentes. Eran todos esos momentos, acciones, reacciones y palabras que sólo eran para él.

Ese día cumplían un año de ser novios, su primer aniversario, ya que Katsuki se había negado a celebrar algo en los anteriores once meses.

"¿Qué vamos a celebrar? ¿Qué llevo un mes soportando tu mierda? Mejor alégrate cuando sea un año, imbécil."

Primero fueron al cine, cada uno pagando sus cosas porque: "no soy una puta princesa inútil a la que le debes pagar todo", como había dicho Bakugō en su primera cita. Vieron una comedia romántica porque era el género favorito de Katsuki. Dios... La reputación de Katsuki se iría a la puta mierda si alguien se enteraba de que el chico rudo y altanero disfrutaba de ese tipo de cine de porquería. Durante toda la cinta solamente estuvieron besándose en la oscuridad y riendo de malos chistes.

Se habían saltado la cena porque después de todo lo que habían comido en el cine ninguno de los dos tenía hambre, pero lo último que iban a hacer esa noche era ir a un hotel y... Bueno, tener sexo, la idea simplemente había surgido mientras planeaban la salida.

No era cómo si ambos fueran dos santos virginales, o al menos eso pensaba él.

Por los perjuicios cualquiera que se dejara guiar por la personalidad y apariencia de Katsuki darían por sentado que era un total fuckboy y que no era virgen por ningún lado. Tampoco ayudaba que fuera tan lanzado, coqueto y vulgar.

Nunca nadie esperaría que Katsuki fuera del tipo "si mis padres no te aprueban te jodes", que pidiera permiso para salir y para quedarse a dormir fuera de casa. Era un niño bien con pinta y personalidad de bad boy 

La luces estaban apagadas, la única iluminación era la que se filtraba por la ventana de los letreros de afuera y el alumbrado callejero, afuera hacia una fresca y algo fría brisa, pero dentro de esa habitación hacia mucho, mucho calor. Las calles eran ruidosas, pero adentro sólo se escuchaban suspiros, jadeos, gemidos y respiraciones entrecortadas.

Lo vió dejar escapar unas cuantas lágrimas, retorcerse bajo su tacto y gemir. Sintió el fuego y la estrechez del interior del otro, tocó y saboreó cada centímetro de su piel y una vez culminado el acto; ambos empapados en fluidos propios y ajenos, agitados y agotados Katsuki le sonrió de una forma que jamás imaginó lo vería hacerlo y luego, con voz ronca pero tierna lo escuchó decir aquello que esperaba escuchar desde hacia meses:

—Te amo, Eijirō, haz sido mi primer todo y me haces muy feliz.

A pesar del shock de saber qué era tanto para el rubio él solamente sonrió y lo besó. Porque Katsuki también era su primer todo hasta ese momento.














Palabras: 774

Es la parte más larga de ésto, creo que después de tantos días de bloqueo sólo me dejé llevar por las ideas, jaja... ~🏵️

KiriBaku Week 2k19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora