Day #5

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#SoulmatesAU

   —¿Estás realmente seguro de qué quieres hacer esto?, Digo, no es que yo no quiera porque sí lo quiero. Es sólo qué, ¿No sientes qué es muy pronto?

—Ya pasaron más cuatro años, Eijirō, estoy más qué listo.

El chico rubio sonrió, con la dulzura que contadas veces lo había visto hacerlo, y apretó más el agarre entre sus manos entrelazadas.

Se habían conocido en sus años de preparatoria. Para él fue amor instantáneo, a primera vista. Ese chico hermoso, orgulloso y prepotente. Gritón y agresivo, pero con ideales fuertes y convicción inquebrantable; se había robado por completo su corazón.

Él sabía que no eran destinados porque, bueno, eso es algo que se siente mutuamente. Pero era feliz sintiendo ese enamoramiento y pudiendo ser parte de la vida de su rubio mejor amigo, para él la amistad era más que suficiente; después de todo Katsuki ya tenía a su lado a su persona eterna y aunque parecían más enemigos que dos enamorados eso estaba bien.

Pero eso fue en sus años de adolescencia. Ahora eran adultos. Dos adultos que estaban unidos por algo más qué un vínculo obligatorio...

Entraron al local y la mujer que les había atendido unas semanas antes por teléfono fue quién les recibió y les llevó a dónde se llevaría acabo lo que estaban por hacer.

La pareja de su amado había fallecido en un accidente automovilístico hacía unos años, casi cinco para ser exactos.

Los amigos de Izuku decían que él era un aprovechado, que estaba metiéndose en la vida de Katsuki porque estaba vulnerable y todo era algo malicioso de su parte para que el rubio se quedara con él... Pero aquello era tan jodidamente absurdo. Sí, estaba locamente enamorado de Katsuki, pero ni soñando se le hubiera pasado por la cabeza sobreponer sus sentimientos por los de su mejor amigo.

Había sido difícil porque cuando Katsuki le dijo que quería seguir adelante con él, el mundo perdió la cabeza, llegando al extremo de obligar al de cabellos claros a tomar terapia. Había sido toda una cosa de locos.

Pero ahí estaban, dos años juntos, comprometidos, importándoles una mierda eso de los vínculos, el destino y las marcas, a punto de sellar en sus pieles la marca del otro.

Katsuki tenía de nacimiento la marca de un cuarto creciente en la muñeca izquierda y él un relámpago en la clavícula derecha, al contrario de muchos de sus amigos y conocidos jamás encontró a su jodido destino y eso únicamente hizo que ese amor por el rubio se quedara firme.

Después de largas horas, sufriendo y lloriqueando (bueno, él, porque Katsuki incluso pareció disfrutar de la experiencia), ambos salieron de esa tienda de tatuajes con la marca del otro impresa.

¿Qué importaba si no nacieron con ella? Eso solamente era algo simbólico y estético, pero no mandaba lo que sentían uno por el otro.

—Te amo, Ei.

Le dijo su amado tomando su mano izquierda y llevándosela a los labios para besar su muñeca, en el lugar donde estaba su tatuaje de cuarto creciente.

—Y yo a ti, Kat.

Murmuró, con una enorme sonrisa, mostrando sus filosos dientes e inclinándose en su lugar frente al rubio para besar el tatuaje de relámpago que posaba en su clavícula derecha.










Palabras: 543

Jsjsjs me encantó escribir ésto, no es soulmate como tal, pero creo que es algo diferente a lo que ve en éste tipo de historias. (? ~🍃

KiriBaku Week 2k19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora