No Quiero Seguir (Adaptación MoonSun)

CAPÍTULO 32: ESTA VEZ SOY YO LA QUE TE CUIDA

Moonbyul abrié los ojos para ver a su novia entre sus brazos. Aun era pronto, faltaba una hora para que sonara el despertador pero sabía que no podría dormir. Acercó sus labios a la frente de su pareja para dejar un tierno y suave beso pero se asustó. Notó que la mayor estaba muy caliente por lo que con cuidado la apartó y la dejó en la cama mientras ella se levantaba y se dirigía al baño donde guardaban el botiquín para coger el termómetro. Cuando regresó se sentó al lado de la castaña y le habló con voz muy suave.

Yong, necesito que te despiertes y te pongas el termómetro, creo que tienes fiebre. Solar abrió un poco los ojos y la peligris le tomó la temperatura. Tienes algo de ñebre. ¿Te duele algo? La menor estaba algo preocupada.

- La cabeza.

- Descansa, voy a llamar para pedir cita para que te vea el doctor y luego llamaré a nuestros jefes para decirles que no iremos a trabajar.

- No tienes que cuidarme. Ve al trabajo.

- Me quiero quedar aquí contigo. Que se ocupe la  sustituta por un par de días.

Moon avisó a sus jefes y explicó el motivo de la ausencia de ambos. Luego las dos fueron al médico que le diagnosticó una gripe a la cantante y le recetó los medicamentos oportunos. Una vez en el apartamento, byul ayudó a su pareja a ponerse el pijama y meterse en la cama. Le preparó un té y se lo entregó.

- Eres maravillosa. Gracias por todo. Dijo Solar con la voz ronca por culpa de la enfermedad mientras se incorporaba un poco para beber el líquido caliente.

- Para una vez que puedo hacer algo por ti. La joven se encogió de hombros, como queriéndole restar importancia a lo que estaba haciendo.

- Te amo. La bailarina sonrió a su pareja cuando terminó de tomarse la tisana y se volvió a tumbar para dormir, ya que los medicamentos comenzaban a hacer su efecto. La bailarina no dijo nada, simplemente besó la frente de su novia, cogió un libro y encendió una suave luz para leer mientras estaba al lado de la mujer a la que amaba por si necesitaba algo. Cada poco tiempo comprobaba la temperatura de la mayor, además de que se preocupaba porque estuviera bien tapada.

Así pasó toda la mañana hasta que se tuvo que ir a preparar la comida. Hizo una sopa caliente, pescado a la plancha y preparó un vaso de zumo de naranja natural para que se lo tomara de postre, acompañado por un yogur. Primero comió ella, todo lo rápido que pudo, y luego preparó una bandeja para entrarla a la habitación.

Cuando Solar se despertó, la más baja entraba en la habitación. Se sentó y comenzó a comer, ayudada por su novia.

- Moon, voy a estar unos dias así. No puedes estar pendiente de mí todo el tiempo.

- Mientras pueda, lo haré.

Cuando Solar terminó su comida, byul se llevó la bandeja y fregó todo lo que había utilizado. Cuando volvió a la habitación su pareja estaba otra vez dormida. Sonrió porque, a pesar de estar enferma, la visión de ese chica dormida era para ella una de las cosas más hermosas que había visto. No podía creer que alguien tan perfecta se hubiera enamorado de ella.

A media tarde la enferma se despertó y se sentía un poco mejor, por lo que, después de mucho intentarlo, convenció a la menor para que salieran al salón a ver un poco la televisión. Hwasa ya se había ido al trabajo por lo que estaban solas. Lo que la más alta no esperaba es que acabara también tumbada y tapada como si estuviera en la cama, pero su novia podía ser muy testaruda si se lo proponía. La única diferencia era que en esos momentos las piernas de la morena eran su almohada y le dedicaba unas caricias dulces en el pelo.

Ya por la tarde, Joy, Sungjae y Wheein llegaron. Cenaron los cinco juntos, todos preocupados por la
salud de Kim. Sin embargo estaba algo mejor, ya que la fiebre había bajado. Aun así no pudo convencer a su novia de que se quedaran un poco más en el salón y se fueron a la cama.

Asi estuvieron tres días, hasta que Solar estuvo recuperada. Al día siguiente volverían a trabajar,  por lo que ese era su último día en el apartamento
sin separarse. La mayor quería aprovechar ese último momento de paz y tranquilidad que las dos tenían y no iba a dejar que nada le estropeara sus planes. Llevaba tres días sin intimar con su novia y la necesitaba como un drogadicto necesita la cocaína.

Así que, cuando Hwasa se fue del apartamento y sabiendo que quedaban dos horas para que Wheein volviera, decidió que era el momento perfecto. Vio a su novia en la cocina, preparando unas palomitas para su sesión de cine en casa. Lo que Byul no sabía era que los planes de su novia eran otros. La morena sacó las palomitas, las puso en un recipiente y fue al salón. La mayor las arrancó de las manos de su pareja y las dejó sobre la mesa antes de dale un pequeño empujón para tumbarla en el sillón y ponerse encima de ella.

- Kim... Suplícó antes de que la joven cantante la silenciara con un beso profundo y comenzara a moverse frotando sus entrepiernas para excitar a su pareja. Al separarse, Solar se adelantó.

- Ya estoy recuperada y vamos a hacer lo que me has estado negando estos dias. Lo necesito ya.

- No dijo nada más, se dedicaron a desnudarse mutuamente y a repartir caricias por el cuerpo
de la otra mientras se besaban. Era como volver a descubrir la piel de su amante, como explorar por primera vez un territorio desconocido. Pero realment no era desconocido. Kim bajó por el cuello y el pecho desnudo de su novia, dejando besos, pequeños mordiscos y caricias por toda la piel. Estaba tan excitada y tan concentrada en el cuerpo de la otra, que realizó un movimiento sin pensar. Con su lengua comenzó a juguetear con el clítoris de su novia, intentando hacerla llegar al orgasmo, hasta que se dio cuenta de lo que estaba haciendo y paró para mirar preocupada a la bailarina.

- Estoy bien, lo estoy disfrutando. Sólo quiero que sepas que no sé si podré “devolverte el favor” La tranquilizó la joven. Solar sonrió y volvió a lo que estaba haciendo. Moon estaba como en una nube, jamás había sentido tanto placer. Pensaba que las veces que su novia la había masturbado había sido lo mejor que podría experimentar pero se equivocaba. La calidez de la lengua y la boca de la más alta le daba un placer que no creía que pudiera proporcionarle nada más. Eso, unido a la experiencia de Solar, hizo que no tardara mucho en llegar al orgasmo.

- Lo siento. Se disculpó la Moon. No tienes que sentirlo, me conformo con tu mano. Me reñero a que he acabado pronto...

- Shh Solar puso un dedo en los labios de su pareja para que dejara de hablar mientras sonreía.

- Es normal lo que ha pasado y no me importa. Besó a su pareja. Lo único que me preocupa es que lo hayas disfrutado y que no sientas que ha sido apresurado.

- Estoy mejor que nunca. ¿Te importa si probamos a ver si yo...?

- No tienes que hacerlo si no estás segura. La interrumpió la mayor.

- Quiero ver hasta donde soy capaz de llegar.

- Moon agarró a su novia por las caderas y la apretó hacia ella mientras se daba la vuelta, de tal manera que la cantante quedó abajo. La bailarina fue bajando por el pecho de su amante. Al llegar al vientre, sus manos comenzaron a temblar.

- Moon, no tienes que... Las palabras de Solar fueron interrumpidas por un gemido al sentir como la lengua de la morena acariciaba su clítoris. La rubia notaba que su novia no era muy experta pero que
se esforzaba por darle placer, y vaya si lo conseguía. Tardó más en llegar al orgasmo de lo que su pareja lo habia hecho y lo disfrutó como nunca pensó hacerlo.

- Te amo. Dijo la Solar, en un intento de que ese momento no quedara como algo falto de cariño.

- Yo también te amo. Se fueron a la ducha juntas y siguieron besándose y acariciándose. Luego se vistieron y vieron la película mientras se daban de comer las palomitas la una a la  otra. Se miraban con cariño, se sonreían, se besaban, se dedicaban palabras de amor... Y asi las encontró Wheein cuando llegó de trabajar. No necesitaba que nadie le dijera que había pasado algo porque ambas lo mostraban. Jung no podía estar más contenta por ellas, poco a poco superaban las barreras que les impedian entregarse completamente la una a la otra.

La pareja terminó el día repitiendo lo sucedido en el salón, pero esa vez en la intimidad de su habitación. Moon se sentía feliz al ver como era capaz de darle placer a su novia sin miedo y Solar estaba orgullosa de la confianza que su pareja había puesto en ella. Ya sólo les quedaba un paso. Tal vez el más difícil, pero también el que más las uniría. Sin embargo, antes de que ese momento llegara, pasaría algo que pondría en riesgo su relación pero, afortunadamente, su amor era más grande que cualquier dificultad.