Me demore horas arreglandome frente al espejo de mi habitación, habías dicho que hoy sería una noche especial para los dos.
Arreglaste una cena al aire libre, habían velas y copas en la mesa, mis platillos favoritos estaba sobre ella junto con un vino dentro de una cubeta con hielo.
Estabas parado esperándome con un ramo de rosas y un precioso traje negro.
Platicamos toda la noche mientras bebíamos vino, nuestras manos nunca se separaron.
La sonrisa en mi rostro no desaparecía, me pediste ser tu novio, yo encantado había aceptado, tomaste mi mano y me entregaste unas llaves, te mire extrañado no comprendía porque me entregabas eso.
- Bebé... prometo amarte y quererte por el resto de mi vida, si tu prometes que jamás te alejaras de mi lado, quiero que estés siempre conmigo -
Esa misma noche te entregue mi pureza, jamás había tenido estos sentimiento por otro persona, me juraste amor eterno mientras yo te entregaba mi cuerpo completo.
