Ya era algo tarde y todavía no llegabas al departamento, estaba preocupado llame a tu trabajo me habian dicho saliste hace dos horas.
Todo era mi culpa, no pude complacerte en la mañana, me pediste tener sexo pero yo me negué.
Un golpe sono del otro lado de la puerta tratabas toscamente abrirla, entraste tambaleante no podías caminar correctamente chocabas con todo, tu aliento apestaba terriblemente a alcohol y tu ropa a cigarro.
Te detuviste un momento a mitad del pasillo para mirarme, una expresión de desagrado se formó sobre tu rostro, eso me había dolido.
Caminaste por el pasillo en donde yo estaba empujando tu hombro con el mío, un extraño olor llegó a mi nariz, era dulce y desconocido.
En ese momento caí en cuenta tu ropa estaba desordenada y el cabello revuelto, habia marcas de labial en parte de tu cuello y clavícula, vaya ingenuo que soy, quería llorar me estabas lastimando.
-¿Donde estabas? -
Era una pregunta idiota pero tenia la necesidad de me dieras una escusa, que todo esto fuera una equivocación, aunque me mintieras.
Sonreiste antes de lanzar una envoltura de condón vacia sobre mi rostro, después cerraste la puerta de nuestra habitación.