Sentía mi cuerpo pesado, la cara me dolía, gotas de sangre descendian desde mi nariz hasta llegar al piso, el dolor provocado por las heridas en mi cuerpo eran insoportables.
Veía tus zapatos frente a mi, no quería levantar la mirada sabía que sólo me lanzarías una mirada de desprecio.
Me negaba a dejar salir lágrimas de mis ojos, no te daría el placer de verme herido.Aunque ya estuviera destrozado.