Capítulo 43

255 15 8
                                    


A Prueba

Capitulo 43

POV Jorge

Después de aquella conversación no hubo más que silencio en el lugar y yo estaba tan cansado que no supe en qué momento al menos yo me quede profundamente dormido después de tanto tiempo con Martina a mi lado.

¿Se le llama soñar o recordar? No estoy seguro. Solo sé que esa noche por mi mente solo pasaba cada detalle del día en que la conocí. Reproduciéndose una y otra y otra vez en mi cabeza.

No se cuánto tiempo haya pasado hasta que mi sueño se bloqueó por un cosquilleo en mi nariz.

—Jorgi... Jorgi... —Alguien decía mi nombre. —Despierta con una mierda —Y entonces supe quién era.

—¿Qué haces aquí Jesy?

—Oh, disculpa por estar toda la noche explotando a estos tipos para que abrieran esta cosa, quería salvarte de morir mejor amigo pero está bien.

—Ya ya mucha charla, gracias. —Note que Martina seguía con la cabeza sobre mi hombro ¿en serio habíamos dormido así? —Marti... Martina... —la moví con delicadeza —Hey, buenos días.

Dios, la vida, el destino, el elevador, quien haya sido me dio la dicha de volver a ver sus ojos al despertar. A toda hora y bajo cualquier luz eran hermosos, pero... siempre al despertar tenían un brillo único. Era una de mis cosas favoritas cuando estábamos juntos y despertábamos en nuestra cama en nuestra casa. La mayoría de las veces era ella la que me despertaba, pero, cuando yo tenía la oportunidad muy difícilmente la desaprovechaba.

—¿Jorge?

—No, Lali Esposito. Claro que soy yo.

—Hmmm amo a Lali Esposito —Dijo aun medio dormida.

—Lo sé.

—¿Qué pasó?

—Pasa que la señorita Jesy Nelson, su servidora, estuvo toda la noche arreando como ganado a esta bola de ineptos para que ambos pudieran salir lo más pronto posible. De nada. —Su negro y egocéntrico humor era encantador.

—¿Qué hora es? —Preguntó aun tallándose los ojos. Saqué mi teléfono y vi la hora.

—Pasan de las 6. —Entonces la somnolienta "no quiero levantarme" Martina se transformó en la histérica Tini que ya conocía de hace tiempo.

—DIOS MIO SON LAS 6 ES LUNES NO ME HE BAÑADO O CAMBIADO NO HE HECHO NADA DIEGO ESTARA HISTERICO MI CELULAR NO TIENE BATERIA TENGO QUE IR A TRABAJAR Y ADEMAS...

—Woah woah woah para ¿te han dicho que eres muy molesta en las mañanas?... ¿o siempre? —Ay Jesy...

—Tan linda a todas horas... es en serio, debo irme.

—Tranquila, si llegas. Ven, vamos por un taxi. —Me levante y camine con ella hasta la entrada del hotel.

—En serio Jorge, muchas gracias por todo. Yo... no sé qué decir.

—No hace falta que digas nada.

—No, es solo que... nadie había hecho algo así por mí. Es como lo más lindo en lo que alguien me ha invertido mucho tiempo —Si tan solo supiera que por ella sería capaz de dar hasta la vida.

—Me alegra que te haya gustado.... Y servido.

—Mucho. Fue lindo todo esto. Hiciste un resumen de mi vida y pude "conocer" sus rostros y más de ellos.

—Ancio el día en que ellos puedan verte a ti. Yo... yo solo imagino como se pondrá tu madre, puede que se le salga el corazón del pecho cuando le diga.

—Quiero verla ya.

—Ya no queda mucho por esperar.

—¿Podrías darme tu número? Para llamarte y ver los gastos del viaje y todo eso.

—Yo estaba por pedirte el tuyo —Intercambiamos teléfonos y en eso un taxi disponible llego.

—Bien... me voy. ¿Tu... tú crees que haya algún problema... si yo... te llamo en estos días?

—Puedes hacerlo cuando quieras. Cualquier cosa que necesites, a la hora que sea.

—¿Y si lo que necesito es solo... hablar un poco contigo? ¿Conocerte mejor? —Mi mente y estomago explotaron.

—Dije que lo que quisieras —Le sonreí y ella la devolvió.

—Bien. Ya me voy. —Corrió un poco desde la puerta del taxi hasta donde estaba yo y beso mi mejilla —Nos vemos —Regreso al taxi con la sonrisa más sincera que la había visto expresar en este tiempo y con ese beso, ese simple roce de sus labios en mi rostro fue más que suficiente para dejarme en la nubes.

POV Martina
Después de aquella tarde con Jorgetoda mi vida literalmente se hizo en torno a la de él. Yo le hablaba por teléfono todas las noches y él me mandaba mensajes de texto durante el día, los cuales algunos yo a veces no contestaba por tener demasiado trabajo. Es increíble como en solo un par de días ha pasado de ser un total desconocido a serlo todo. Ya antigua teoría de Dieto ahora no es nada más que eso, una teoría, es más que obvio que él y yo nos conocíamos de antes. Han pasado solo días y siento que ha sido algo como mi mejor amigo durante años.

Todos los días de esa semana Jorge pasaba a buscarme al trabajo a las 12:00 para ir a comer algo juntos y estar con él me encantaba. Incluso uno de ellos, Maya y Sandra fueron con nosotros y se cayeron de maravilla. Todos nos reíamos como si fuéramos los mejores amigos de la vida y a mí eso me gustaba.

El miércoles por la noche me dijo que había comprado los pasajes para Londres y que el vuelo salía el Lunes por la tarde. Me emocione tanto que creo que casi le destrozo el tímpano con todos los gritos que pegué en el teléfono. A todo esto Diego no tenía mucho que decir. Sabía que Jorge no le agradaba o que le provocaba desconfianza y gran parte de esa noche se la paso reprochándome las 1023 razones por las cuales no debería de ir, pero sinceramente me importaba poco y nada. Iba a viajar con Jorge, iba a ver a mi familia, a recorrer la ciudad que alguna vez fue mía... era imposible que fuera tan feliz en este momento.

Era Viernes. Estaba almorzando con Jorge así como todos los días cuando recibí un mensaje de Diego.

"Se que todo este asunto te tiene con la mente en otro lado y más feliz que nunca pero, necesito un tiempo a solas contigo. Duermo contigo cada noche y no paro de extrañarte. ¿Me concederías ese deseo hoy por la tarde? Te tengo una sorpresa.

Te amo."

—¿Quién era? ¿Tu guardaespaldas? —Preguntó Jorge llevándose una cucharada enorme de helado a la boca.

—Si por guardaespaldas hablas de Diego, sí. Era él —Era cierto. No había pensado en Diego en toda la semana y cuando le dije que iría a Londres y él me dijo que quería venir conmigo yo... lo rechace. Simplemente le dije que no quería que viniera. Que era algo que quería hacer sola y por supuesto no estuvo de acuerdo. Pero siendo honestos no me lastimo ni tuve que mentirle... en verdad había algo en mí que no quería que viniera conmigo.

—Dile que te robare solo unos días para que recorras la ciudad y de una buena vez veas a tu familia.

—Se lo he dicho. No le inspiras confianza.

—Qué raro tu noviecito. Yo soy adorable. —Y lo era. Cada gesto que hacía, cada rasgo que se marcaba en su rostro, su risa, la forma en que sacaba la lengua para burlarse como un niño de 6 años, todo en él era adorable. ¿Qué está pasando?

Volví del trabajo un poco más tarde de lo normal. Había sido un día pesado en el restaurante y entre todos decidimos acabar de limpiar. Entre al departamento y todo estaba oscuro.

—Qué raro... el que me pide que este aquí para la tarde ahora no está —Dije dejando mi uniforme y mi bolso sobre el sofá. Cuando justo iba a encender la luz algo me tapo los ojos con una cinta y sinceramente me asusto.

—Shhh soy yo. No grites.

—Diego ¿Qué rayos te sucede?

—Nada. Ven camina.

—No veo nada.

—Vamos. Yo te guio. ¿confías en mí?

—Claro que sí. —Tomó mi mano y puso otra en mi cintura y me llevó por el departamento. Paramos de repente y llevo la mano que estaba en mi cintura a la parte de atrás de mi cabeza para desabrochar la cinta.

—Sorpresa. —Susurró en mi oído y la quitó. Me topé con una mesa excelentemente puesta, llena de comida italiana que lucía exquisita, todo alumbrado con velas y una botella de champagne.

—Pero... ¿Qué es todo esto? —Dije encantada.

—Nada. Solo creí que te merecías una cena romántica después de los días que has pasado, además de que el Lunes me dejarás solo. Ven, espero que tengas hambre.

—Por dios, muero de hambre.

Nos sentamos a comer y charlamos de cómo nos había ido en la semana. También había sido una semana movida para él. Había tenido varios turnos en la estación y parece que es la temporada de emergencias en Nueva York. Se le notaba realmente cansado y aun así preparo todo esto para mí. Lo adoraba de verdad. Bebimos, nos besamos, hablamos un poco más hasta que fuimos a la terraza a terminar lo que quedaba de champagne.

—La cena estuvo increíble. Te luciste esta vez, en serio. Gracias.

—Lo que fuera por ti linda. —Me beso. —Entonces... te vas el lunes. ¿Cuándo regresas?

—No lo sé.

—¿Qué?

—Que no lo sé.

—Muy bien... explícate.

—No lo sé Diego, Jorge compró los pasajes de ida pero no los de vuelta.

—Martina...

—Lo siento ¿sí? No es como si nunca fuera a volver pero no sé cuánto tiempo vaya a quedarme, quiero ver a mi familia.

—Si pero... pude haberte acompañado. Te lo dije una y mil veces y tu...

—Y yo dije que no. Eres teniente en la estación de bomberos, eres de los más importantes. No quiero afectar eso.

—Tonteras. Mejor dime que no quieres que vaya contigo.

—No es eso amor...

—Bien... ¿y dónde te quedaras?

—Pues... si no en casa de mis padres, seguramente en la de Jorge.

—Hmmm no me agrada.

—¿Por qué no te agrada? Él es muy lindo y atento... me ha ayudado infinitamente. Es como si lo conociera de años que, técnicamente es así pero me hace sentir bien y es... muy atento conmigo como nadie antes y además...

—¡Martina! —Me dijo y puso sus manos a los costados de mi rostro. —Lo siento... es que si no te callaba seguirías y seguirías y ya no quiero esperar más. Voy a explotar. —¿Cómo que explotar? Pensé. —Mart yo... yo te amo y... —En ese momento saco un pequeño estuche color rojo de su bolsillo, se puso de rodillas y yo no podía creer lo que estaba a punto de hacer. —Es una suerte que gracias a Jorge ahora sepamos tu apellido. —Yo me había quedado en estado de shock. —Martina Stoessel... ¿Te casarías conmigo?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 19, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

A prueba - {JorTini}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora