¿No estoy muerta?
Relajé los párpados lentamente, aún con miedo a desaparecer al encontrarme con la mirada de la estátua. Respiré hondo y los abrí sin pensarlo más.
Delante mío no estaba el angel, sino una espalda blanca y unos brazos impidiendo el paso hasta mi.
Por un momento en mi vida había pensado que iba a traicionarnos a todos, que iba a romper su palabra. Que iba a dejarme morir. ¿Cómo pude tan solo pensarlo? Eso era imposible. Incluso más imposible que el hecho de que acabara de aparecer delante de mi.
Todo esto lo pensé al mismo tiempo que le rodeaba con mis brazos torpemente.
-A-Amy, si me apretas tanto se me saldrán los ojos y el ángel nos matará.
Abrí los ojos y recordé al ángel. Quité mis brazos de su cintura y me asomé tras él. Allí estaba la estatua, a un metro de nosotros.
-Doctor...¿Qué hacemos? Espero que podamos salir de aquí de la manera en la que has aparecido.
-Lamento decirte que he llegado corriendo en el momento exacto en que has parpadeado- el Doctor esbozó una sonrisita que vi de refilón.
-¿¡Cómo puedes reírte!?- le grité.
-¡Porque soy un señor del tiempo, no hago milagros! Bueno, no demasiados...Es decir, he llegado a tiempo porque te he visto en mi cabeza, me has llamado y he venido. ¿Cómo haces esas cosas, Pond?
Abrí mucho los ojos, asombrada, pero antes que pudiera decir nada, me agarró la muñeca con la mano, tanteando mi brazo para hacerlo.
-Ahora, Amy, quiero que te concentres en el lugar en el que desees estar más en el mundo. Posiblemente en casa con Rory -esbozó una medio sonrisa-.El modificador de vórtice nos llevará allí, estoy seguro. Mientras yo le mantenga la mirada al ángel, piensa.
Estaba temblando, lo notaba en su tacto. No parecía él, con unos simples pantalones y una camisa.
Rápidamente me quité la pajarita del cuello y se la puse rodeandole con los brazos.
Entonces le agarré la muñeca, viendo como esbozaba una sonrisa, cerré los ojos y desaparecimos.

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One Last Time
FanfictionAmy y el Doctor deberán reencontrarse para una última aventura, esta vez afrontando la nieve y la piedra; el invierno y los ángeles llorones.