Abrí la puerta de casa sin dificultad, estaba abierta. Antes de poder dar un paso dentro, el brazo del Doctor me barró el paso. Nos destapó y se puso la americana, sacando el destornillador sónico de uno de los bolsillos interiores de ésta.
Lo puso en marcha y el sonido hizo eco por el pasillo.
-Ni un paso en falso, Amy, esta realidad podría estar creada por los ángeles, en nuestra mente. - dijo haciéndome un gesto para que le siguiera.
Asentí, confiada.
Dentro estaba bastante oscuro, parecía que habia estado deshabitada durante mucho tiempo. No había rastro de las fotos que teniamos Rory y yo por las paredes, ni una pizca de color bañaba la casa.
-Doctor, esto no me gusta. ¿Cómo salimos de aquí? Me estoy poniendo nerviosa, ¿por qué hacen esto? ¿Por qué no estamos muertos? - susurré frenando su entusiasmo de un tirón en el brazo.
Me miró con el morro fruncido y dijo: "Porque saben que soy el Doctor, y que no basta con una mirada para matarme."
No contesté, tan solo tomé carrerilla y le adelanté por la escalera.
-¡Amy, para! -gritó apagando el destornillador y subiendo los escalones a trompicones.
Le ingoré y subí a la habitación de matrimonio. Era una habitación preciosa, con fotos que Rory me hacía mientras dormía, colgadas en la parte superior de un espejo enorme en el cabezal de la cama. Ésta era una cama clásica con sábanas nuevas de color azul.
Pero allí no había nada. El suelo respondía crujidos a mis pasos, y las paredes estaban vacías, salvo un objeto.
Un espejo enorme cubría toda la pared, delante de mí, haciéndome chillar con todas mis fuerzas.

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One Last Time
FanfictionAmy y el Doctor deberán reencontrarse para una última aventura, esta vez afrontando la nieve y la piedra; el invierno y los ángeles llorones.