5.

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Cerré los ojos.

¿Doctor?

Los abrí.

'Amy, date media vuelta. Ahora.'

Todo estaba en mi cabeza, pero...era tan real.

¿Dónde estás? 

Hablar con el Doctor mentalmente no es algo que hubiese hecho nunca. Si es que era realmente él con quien hablaba y no conmigo misma.

Amy, he dicho que te gires, ¡YA!

Esas palabras se me clavaron en la cabeza y sosteniendomela por el lateral me giré por impulso. Supe por un instante el por qué de aquello.

Ahogué un grito y abrí los párpados de par en par.  Entre la niebla pude ver la silueta de un ángel, extendiendo los brazos en mi dirección. Estaba solo a pocos metros, no tantos como hubiese querido.

¿¡Doctor!? ¡No me dejes aquí, tienes que ayudarme! 
Las lágrimas me caían por las mejillas.

No podía aguantar sin parpadear, la niebla dolía en los ojos. Necesitaba cerrarlos, me notaba cansada de andar. O simplemente de estar en aquel lugar.

Amy, confía en mí. Soy el Doctor, ¿recuerdas?

No dije nada. Aguanté la mirada al ángel llorón hasta que no pude más y parpadeé. Ahora ya lo tenía a un solo parpadeo de distancia.

¡Doctor!

Iba a matarme. Estaba sola y nadie podría encontrarme allí, era como un descampado infinito inundado de niebla y nieve.

Las lagrimas me picaban, y la niebla dolía.

Parpadeé.

¿Estoy muerta?

-No Amy, no lo estás.

One Last TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora