Hace tiempo que no hablamos. De tanto mirar al futuro a veces me olvido incluso de ti, del pasado y el presente, de lo que nos trajo aquí y a este punto en el que estamos. Me olvido de ti incluso al mirarme en el espejo.
Miento. Siempre miento. Me sobra tiempo y lo que me falta es valor para mirarte a los ojos y decir en voz alta todas esas dudas que me asaltan cuando al fin te enfrento.
Verás, me he dado cuenta de que sin ti no hay yo que valga, que la vida está vacía y nada llena ese desencanto en el que te guardé. Por eso estoy aquí, para enfrentar mis miedos y demostrarme que, después de todo, ser tú es bastante bueno.
Ya es hora de mirar dentro, de conocerme un poquito mejor.
Querido yo, volvamos a empezar: un placer conocerte de nuevo.
Por escribir.