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Pasó un tiempo, parecía que Dabi se había calmado un poco, pero hacía días que no se había oído una sola palabra en la guarida. Para algunos esto era bueno, para otros como Toga era aburrido, sobretodo ahora que la televisión común no funcionaba.

La rubia se dirigió hacia la cocina en busca de algo de comida, sin embargo nada más llegar allí se encontró con el muchacho de grapas.

Era un poco incómodo estar con él, desde que le declaró su conocimiento acerca de su verdadera identidad no habían vuelto a hablar despreocupadamente como solían hacer. Además sentía como su mirada se clavaba en ella, aunque tampoco le resultaba tan problemático, total, solo debía actuar como lo hacía todos los días de su vida ¿no?

Toga se estiró para alcanzar un paquete de galletas mientras que el azabache permanecía apoyado en el otro lado del mostrador observándola con un vaso de agua.

-¿Por qué siempre llevas esa vestimenta escolar?- preguntó Dabi para la sorpresa de todos.

-Mmm?- La rubia activó su modo actuación -¿No crees que se ve lindo?- preguntó en forma de respuesta.

-No trates de distraerme, ¿Por qué siempre un uniforme escolar?- Parecía ser que la excusa de que era bonito no iba a funcionar con Dabi.

-No tengo más ropa- Respondió sonriente la muchacha metiendo una de las galletas en su boca.

-Cambiaré la pregunta, ¿Qué significa el uniforme escolar para ti?- El azabache dejó en la encimera el vaso de agua para cruzarse de brazos y observar más atentamente a la muchacha.

Himiko empezaba a hartarse de la situación, de mentir. Se sonrojó violentamente mientras comenzaba a reir.

-Los uniformes escolares son obligatorios en la UA... Todos se acercan a mí cuando llevo esto, ¿no crees?- Explicó Toga.

La rubia no tenía intención de añadir nada más, y para salir debía atravesar frente a su compañero.

Una mueca de desagrado se hizo en la cara del de ojos azules observando molesto la situación.

Toga intentó escabullirse pero al pasar por enfrente Dabi la amarró presionando sus muñecas en el mármol de la encimera.

-Odio que actúes cuando hablas conmigo, quieres que te confíe mi pasado, pero ¿Cómo voy a confiar en ti si tú no confías en mi?- Soltó el Todoroki. Parecía que lo hubiese ensayado durante semanas aquella escena.

El azabache le soltó y se dirigió al salón. Desde allí pudo oír como el vaso que anteriormente había dejado en aquel mármol había caído.

Ese vaso de agua era como Toga en aquellos instantes.

Una lucha interna, acababa de romper. ¿Cuándo iba a dejar de esconderse en estúpidas sobreactuaciones e iba a enfrentarse a sus verdaderas emociones? ¿Realmente qué estaba haciendo? ¿Esto era lo que quería? ¿Debería abrirse a su compañero?

Cada pregunta que se hacía era una lágrima en su rostro buscando una respuesta.

Tan solo tenía 17 años por dios, es solo una niña.

Se vio en un espejo, las ojeras que tanto le representaban habían aumentado. Soltó sus dos moños y se alistó como solía hacerlo para ir al instituto.

𝐵𝑙𝑢𝑒 𝐵𝑙𝑜𝑜𝑑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora