𝐵𝑙𝑢𝑒 𝐵𝑙𝑜𝑜𝑑

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-Mi nombre es Himiko Toga, tengo 17 años y hasta hace 6 meses llevaba una vida como cualquier otro estudiante de mi edad- Toga había aparecido frente a Dabi delante del sofá.

Él, sentado, le observaba un poco sorprendido, Himiko miraba hacia abajo mientras algunas lágrimas caían de su rostro. Su pelo suelto le hacía ver como una persona madura e inteligente.

-Un mes antes de mi graduación vi a Izuku Midoriya... Él estaba entrenando, limpiando la playa. Todos los días pasaba por allí para ver su progreso, en realidad trataba de autoconvencerme pensando que era otra persona... Él se parece a un antiguo compañero, mi mejor amigo, el único que en su día me apoyó diciendo que a pesar de mi violento quirk lograría ser un héroe y aplicar en la UA.-

Toga paró para coger aire, aún no se atrevía a mirar directamente al azabache. Este por su parte escuchaba el relato muy atento.

-Siempre sentí gran atracción por la sangre, su olor a hierro y sabor me satisfacen. Pero nunca lo pude mostrar en público, al verme mis padres me llamaron monstruo. Siempre tuve que esconder mi particularidad, pero con él no. Mi amigo me comprendía y un día dejó que ingiriera su sangre, solamente me pidió ayuda con su examen, tan solo debía hacerme pasar por él durante una hora- Sus piernas comenzaron a temblar, la voz cada vez sonaba más rota y las lágrimas no dejaban de inundar su rostro.

-Y-yo no pude contenerme, ¡era tan satisfactorio! Llevaba años sin probar sangre... Él trató de separarme, pero yo no quería, beber sangre me hace sentir emociones, lo maté... Y cuando me percaté era demasiado tarde- Alzaba el tono de voz tratando de excusarse.

-¡Entiéndeme! Yo no quería matarle, fue un error. Nadie sospecho de mi cuando encontraron su cadáver pero yo estaba rota, había asesinado a mi mejo...- Bajó la cabeza algunos segundos sintiéndose avergonzada- A mi único apoyo... Y cuando vi a Izuku limpiando la playa ese día, supe que era el destino. Pero desapareció, dos días antes de mi graduación.-

Una pequeña pausa de silencio inundó la sala.

-Quería sentir de nuevo esa emoción, quiero poder revivir el rostro de mi amigo y vengar su muerte deshaciéndome de todos los héroes que menospreciaron a otros por sus débiles quirks... Quizás así Haku me perdone.-

El relato terminó, Dabi quedó impactado, al fin y al cabo no era una muchacha loca y cínica. La rubia comenzó a frotar las mangas de su suéter en sus ojos hinchados. En parte era un alivio poder soltar todo aquello.

Levantó la mirada hacía Dabi que continuaba sin reaccionar. Sus ojos chocaron manteniendo una tensa mirada durante algunos segundos.

Dabi comprendía su lógica, él tampoco quería que le menospreciaran por su "quirk débil", según su padre.

Toga no soportó más esa presión, salió de aquel lugar dejando a Dabi solo, sentado en aquel polvoriento sofá pensando en todo lo que acababa de suceder.

Pero esto no le importaba a la liga de villanos y todo este percance fue oculto, ninguno de los dos hablaron sobre el tema haciendo que pasaran las semanas.