Tus ojos en mi (Saga Pure Love #7)

Capítulo extra

Advertencia: NO LEER HASTA LEER LOS DEMÁS LIBRO DE LA SAGA.

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-Odio los lentes de contacto, prefiero mis len...-No pude terminar de hablar cuando Tae se acercó con mis lentes habituales en la mano.- ¿Hay algo en lo que no estés pendiente?

Él sonrió mientras me veía cambiar de lentes.

-Te dije que no me importaba verte en el altar con los lentes puestos.

-Lo sé, pero mi mamá insistió por las fotos y todo eso.

Nos casamos por fin, diez años después de la boda de Amanda y Hoseok, pero la nuestra fue más sencilla. No queríamos nada estrambótico, queríamos gastar la mayoría del presupuesto en nuestra luna de miel en vez de la celebración.

Tae aun llevaba su traje negro y yo aún tenía el vestido blanco que era pegado con cola de sirena, sin muchos brillos, que me hacía ver más delgada de lo normal. Nos sentamos en la cama de la habitación de hotel que habíamos alquilado y bebimos una copa de champán para celebrar entre nosotros nuestro casamiento.

-Entonces, ¿qué es lo primero que quieres hacer siendo la señorita de Kim?

Sonreí por la forma en que me llamo.

-Quiero-me acerque con lentitud y comencé a jugar con los botones de su camisa- comer.

-¿Comer que cosa?- dijo de forma coqueta mientras iba bajando mi mano poco a poco hasta llegar a su erección, cubierta por sus pantalones, y apretarla haciéndolo gemir con una sonrisa y los ojos cerrados.- ¿Quieres comer eso?

Asentí y lo bese mientras que él buscaba de forma algo desesperada desabrocharse los pantalones.

-¿Ansioso señor Kim?

-Mucho.- dijo con la voz ronca y masajeando su erección que acaba de sacar entre la abertura del pantalón.- Vuelve a llamarme de esa forma y te lo hago sin quitarte el vestido.

Decir que me había vuelto más atrevida con él, era decir poco. Mi confianza era mucho mayor y no solo con él, incluso mi familia había notado el cambio y me halagaban sin saber que era por Tae que había mejorado ese aspecto de mí.

-Señor Kim.

Se hizo el silencio por unos segundos en que Taehyung solo me miro asombrado, mientras que por mi lado sonreía complacida. Pero luego la cosa cambio, él me había besado de forma desesperada y posesiva que me daba pie a imaginar todo lo que iba a ocurrir en nuestra noche de bodas, pero la realidad fue mucho mejor y mi imaginación no pudo compararse con ello.

Dos años después de tener una vida de casados feliz y con ciertos momentos de discusiones como toda pareja, ambos decidimos en tener una familia. Algo que honestamente no me imagine que llegaría a querer, pero con Tae quería hacerlo, quería complacerlo y saber que se sentiría tener un bebé que fuera igual a él o a mí.

Dejamos el anticonceptivo y comenzamos hacer el amor con más frecuencia, ambos estábamos ansiosos por que quedara embarazada, pero el tiempo estaba corriendo deprisa y no veíamos resultados.

-Me bajo, otra vez.- le dije a Tae que estaba esperando en la puerta del baño.- otro mes sin resultados.

Salí y me senté en la cama mientras me apretaba las manos, gestos que seguía haciendo cuando estaba nerviosa o preocupada, eso no me lo quitaban ni con un exorcismo.