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Ha pasado un mes exactamente desde mi rompimiento con Hani y quitando el hecho de que ella aun me busca para que la perdone y que me entere con quien ella se estaba besando era con su ex y que tenían tiempo viéndose a mis espaldas; me sentía bien, no me dolía tanto como pensé, estaba tranquila hasta cierto punto. Además, ¿cómo no estarlo cuando veía mis fotografías de BTS por las calles, en los anuncios y en las redes sociales? Era un logro enorme para mí e incluso mis padres me felicitaban por ello aunque estuvieran enojados por mi situación en Corea.

Por otro lado estaban Amanda y Tae, me han ayudado mucho. Amanda me ayudo a conseguir otro departamento más amplio y mejor que pudiera pagar, además de su oferta de vender fotografías en su tienda, se puede decir que he ido subiendo de escalón en escalón para poder establecerme sin depender de nadie. Mientras que Tae ha sido un gran amigo, tal y como me lo prometió, no volvió a insinuarse ni una vez y me seguía ayudando con el coreano cada vez que podíamos; también salíamos de vez en cuando a eventos culturales o museos.

¿Mis sentimientos por Tae? Ahí seguían, pero no hacía nada para mostrarle que me parecía el hombre más fascinante que había conocido, curioso, infantil, inteligente y divertido. Me daba la impresión que eso sería injusto para él, ya que lo rechace de mil maneras al momento de romper con Hani y después que tuvimos sexo. Y ¿ahora quería intentarlo? No, sería muy cruel de mi parte.

-Tierra llamando a Lucia. ¿Mujer en que planeta estas?- mire a Amanda que sostenía un cuadro mediano y me pedía ayuda para colgarlo en la pared. Sacudí la cabeza y me levante del taburete para ir a ayudarla.

-Deja de llamarme Lucia, dime Lucy o Lu.

Ella se encogió de hombros y sonrió.

-Ese es tu nombre siéntete orgullosa. Y además a mí me gusta mucho, así que te llamare de esa forma hasta el fin de los tiempos.

Era lunes, por lo tanto Amanda llenaba la tienda con cosas nuevas y me pidió que hiciera lo mismo con las fotografías, ya que sus clientes le gustaba ese sistema de descubrir cosas nuevas cada vez que iban. Es por ello que en ese momento nos encargamos de bajar cajas y cuadros del carro de mi amiga para arreglar la tienda antes de abrir.

-¿Entonces puedo llamarte Mandy?- dije para enojarla.- de la forma que te llama tu madre.

Nunca me había dicho que le molestaba, pero varias veces su mamá fue a verla en la tienda y entraba gritando ese nombre que hacía que a Amanda se le fueran los colores, no porque odiara a su madre, sino porque odia que las personas se enteraran de ese apodo y comenzaran a llamarla de esa forma.

-Eso es jugar sucio. La única que le tolero ese apodo es a mi mamá.- me encogí de hombros y ella gruño.- está bien, tu ganas. Te voy a llamar Lucy, ¿Feliz?

Asentí y sonreí como niña que había recibido un caramelo después de haberse comido todos sus vegetales.

Seguimos en nuestra labor hablando de otras cosas como: el hecho de que Amanda tenía que ir a ver vestidos de novia y me pidió que la acompañara; que yo tenía casi toda la semana libre y que me la pasaría jodiendola en la tienda la mayor parte del tiempo; y detalles de clientes y sus diferentes gustos.

-Por cierto, el otro día vino un señor pidiendo que le esculpiera una ardilla comiéndose una manzana y que todo fuera de color fucsia. Imagínate mis pensamientos en ese momento.- dijo con un tono divertido.- definitivamente existen personas con gustos muy extraños y...

En ese momento me gire a ver porque ella se había quedado callada tan de repente. Se había puesto pálida y en un movimiento rápido se puso la mano en la boca y salió corriendo hacia el baño que estaba al final de la tienda.

Tus ojos en mi (Saga Pure Love #7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora