Reencuentro Con La Sangre Joestar

~CAPÍTULO 6~Sus rubios cabellos nunca abandonaron mis pensamientos~

Josuke abrió la puerta de la habitación de su padre. Las máquinas tintineantes estaban conectadas a través de las agujas en la piel rugosa de su padre. Sosteniendo su mano había una mujer mayor que supuso que era la mujer con la que Joseph se casó en su juventud. Se giró y observo que en la sala aparte de sus amigos estaban Giorno, Mista con la tortuga en brazos y una mujer rubia de mediana edad llorando mientras se apoyaba en Jotaro. Supuso que era su hermana por parte de padre y la madre de Jotaro. 

En ese momento donde Josuke no sabía que hacer, aparte de quedarse en shock, entraron Kakyoin y Rohan.

-¿Como está el señor Joestar? Kakyoin estaba desesperado porque el señor Joestar era su amigo y al fin y al cabo estaba enamorado de su nieto. Era como el abuelo que nunca tuvo.

-No lo sabemos. Está muy mal, pero no sabemos que enfermedad tiene o si tiene alguna en cuestión. Giorno tenía un tono de voz grave y un poco apagado. Estaba girado de espaldas viendo como una tormenta se acercaba desde la lejanía. 

En ese momento los pasos de unos zapatos Gucci resonaron en la habitación. Todos se giraron y vieron como el joven de cabellos verdes se acercaba a la cama del señor Joestar y se ponía de rodillas acercándose  a su cara. 

-¿Me permite señor Joestar? Rohan tenía una voz muy suave que hizo que Josuke saliera de su trance y que los que conocían al mangaka se sorprendieran debido a que ese tono nunca lo habían escuchado.

La sonrisa triste y el leve movimiento de afirmación de Joseph hicieron que en la espalda de Rohan apareciera ese niño medio transparente, blanco y con extrañas ropas y líneas verdes en su cara que normalmente estaba alegre. Esta vez había una mirada triste en sus ojos.

-Heaven's door. Rohan dijo estás palabras en el mismo tono suave y la cara de Joseph tomo la forma de libro. Rohan cogió la página y la leyó. Se arrepintió de haberlo hecho ya que lo plasmado en esa blanca y simple hoja de papel era una realidad horrible que ninguna persona aceptaría. Soltó la hoja y cerró el libro haciendo que Joseph despertará. Al ver la sonrisa que Joseph tenía con esa mirada triste, a la mente de Rohan llegaron recuerdos dolorosos.

-¿Y bien? Jotaro sostenía a su madre y miraba a Rohan, el cual tenía un semblante serio.

-No tiene ninguna enfermedad. Rohan se dio la vuelta para ver a todos los demás. 

-¿Entonces que le pasa? La mujer rubia más mayor de la sala estaba al borde de las lágrimas desesperada por saber que le pasaba a su marido al que amaba aunque la hubiera engañado.

-Le queda muy poco de vida. Rohan miraba a los ojos de Josuke. 

En ese momento la mujer de nombre Suzie Q rompió en llanto mientras cogía la mano de su marido y se la ponía en la mejilla. Joseph, con una sonrisa mientras limpiaba las lágrimas de su esposa, tosió un poco antes de hablar. 

-Quiero decirte la verdad que llevo ocultando todos estos años y no llevármela a la tumba conmigo. Joseph fue cortado porque los dedos de Suzie Q hicieron contacto en sus labios haciéndole callar mientras está sonreía con tristeza.

-Lo se, se que siempre lo amaste a él más que a mi y que la vez que me engañaste era porque viste en esa mujer a él. Te escuchaba llorar en las noches mientras decías su nombre y pensabas que yo dormía. No tienes que decirme nada porque te conozco y aunque no me ames tanto yo siempre te amaré. Si lo ves no lo sueltes nunca y no le hagas daño, Caesar es como un hermano para mi y no te permitiré que le hagas sufrir. Suzie lloraba mientras Joseph le limpiaba las lágrimas y se reía suavemente.

-Tranquila, nunca le haría daño ni aunque me pagasen.

Suzie Q le sonrió a su marido y agarró el anillo de bodas de su dedo. Se acercó a la ventana donde estaba Giorno y arrojó el anillo. Al terminar salió por la puerta. No quería ver a su marido morir delante de sus ojos.