Reencuentro Con La Sangre Joestar

~CAPÍTULO 12~Los sentimientos de todos parte 3

Un tiempo antes de que Josuke ingresara en la habitación, Giorno se había ido sin que nadie se diera cuenta. 

-¿Dónde está Giorno? Bruno comenzó a observar su alrededor con una mirada preocupada. 

-Oh, debe haber salido afuera, siempre que se encuentra con alguien importante necesita salir a tomar aire fresco y calmar sus emociones para poder ocultarlas. Mista conocía a Giorno como la palma de su mano debido a que era su mano derecha y vivía con él. 

-Lo conoces demasiado bien. Trish le dio codazos a Mista con una mirada pícara. 

-¿Qu-que quieres decir con eso?

-Nada. 

Mista observó su entorno, su mirada se poso en la puerta trasera por la que divisó a lo lejos sentado a Giorno, el chico que se encontraba en su mente constantemente sin saber la razón. Inconscientemente sus pies comenzaron a moverse lentamente como si una fuerza lo empujara hacia el joven de cabello rubio trenzado. 

-¿A dónde va el enamorado? Menudo gusto el tuyo. Leone estaba tomando tranquilamente un té. 

-¿Como que enamorado? Eso lo serás tu. Mista estaba nervioso, rojo brillante decoraba sus mejillas. 

-Ciertamente yo también lo estoy, pero ya me declaré hace tiempo. 

-¿Ah si? ¿Y quien tuvo el gran honor de rechazarte? 

-No le rechace. Bruno tenía una risa ligera y suave, a Mista le vinieron sentimientos de nostalgia hasta que proceso la información. 

-¿¡CÓMO!? 

-No te sorprendas tanto idiota. 

-Pero, tu y Bruno....

-Mista, eres el único que no se enteraba, hasta Narancia lo sabía. 

-Oye Trish, ¿Me has llamado idiota?

-No. 

Mientras Trish y Narancia comenzaban una discusión, Mista retomo su camino hacia Giorno. Las palabras de Leone resonaban en su cabeza ¿Él enamorado de Giorno? Imposible, solo es un amigo. Un amigo, jefe, guapo, sedoso cabello rubio enlazado, valiente..... Mista rápidamente borro esos pensamientos mientras se sonrojaba ligeramente. 

Giorno se encontraba en sus pensamientos, muchos de ellos hacia su compañero. Debido a lo ocupados que todos habían estado su mente no podía pensar en nada más, pero este momento de tranquilidad dio cabida a dichos pensamientos. Había pasado mucho con Mista, pero no comprendía porque ahora los nervios le comían cuando estaba muy cerca de él. Además, estaban los celos que había sentido hacia el tal Jim que los había traído. 

Aunque la cabeza de Giorno fuera un lío, en el exterior tenía una mirada tranquila mientras observaba un lindo jardín de flores, situado enfrente de él. 

Unos pasos detrás de él le sacaron de sus pensamientos. Al reconocer que el sonido eran los pasos de Mista, en su mente saltaron las alertas. 

-Hey, boss. 

-Mista, te lo voy a repetir de nuevo. No soy tu jefe y tampoco quiero serlo. 

Mista se sentó, al lado de Giorno.

-¿Y eso por qué? Me gustas como jefe. 

-Pero no quiero ser tu jefe, quiero ser otra cosa. 

Mista no escuchó lo último. 

-Eh, has dicho algo de lo que no me he enterado. Repite. 

-No dije nada. 

-Si, lo dijiste. Mista se acercó acusatoriamente a Giorno. 

-Mista, no seas pesado. Aunque no lo pareciera, el de rubios cabellos estaba nervioso debido a la cercanía del joven que tenía delante. 

-Porque no me dices que te pasa, somos compañeros y amigos, puedes contarme lo que quieras. 

-Lo se Mista. Pero, ahora no es buen momento. 

-¿Y cuando será ese momento? Nosotros siempre estamos jugando con la muerte, podríamos morir en cualquier momento. Mista se levanto con el ceño fruncido. 

-Por eso mismo no te puedo contar lo que está en mi mente, podría distraernos. Giorno comenzó a caminar por los jardines, ya que las miradas de Trish y Narancia a través de la ventana le estaban molestando. 

-Pero si no me dices nada no voy a poder concentrarme pensando en que me estas ocultando. 

-Bien. Cuando Giorno vio que estaban ocultos de miradas curiosas se giró para mirar a Mista ya que este le estaba siguiendo. 

-¿Y bien?

-Me gusta alguien, no me puedo sacar a esta persona de la cabeza. Giorno estaba muy tranquilo. 

-Ah bueno, pero eso no es nada impor...¿CÓMO? 

Giorno ya se estaba arrepintiendo de haber abierto la boca. 

-¿Y quién es? No espera, déjame adivinar. 

Mista empezó a nombrar a muchas personas, estaba tan distraído que no se fijo por donde pisaba. El joven de cortos cabellos negros cubiertos por su fiel gorro estaba cayendo cuando delante se puso el rubio. Mista cayó en los brazos de Giorno, más no tocaron el suelo. Cuando Mista se reincorporó los dos notaron lo cerca que estaban el uno del otro, sus respiraciones entremezcladas. A Giorno se le ocurrió una brillante idea para descubrir si sus sentimientos eran correspondidos. 

Mista noto que las manos de Giorno viajaron hasta su cuello y a una de sus mejillas. 

-Espero que no seas tan tonto esta vez. 

-¿Eh?

Giorno cerró sus ojos y acortó la distancia, sus labios rozaron los de Mista levemente. Mista estaba en shock. 

Un momento después Giorno ya no estaba, había desparecido rápidamente dentro de la casa, Mista no se dio cuenta, pero las orejas de Giorno estaban ligeramente rojas. 

Cuando el joven se dio cuenta de que acababa de pasar su semblante se puso rojo brillante. 

-¿Que acaba de pasar? 

Jotaro se encontraba hablando con Abdol y Kakyoin cuando Polnareff le hizo señas. 

-Oye Jotaro, acércate un poco más a mi. 

-Bien. Yo que tu haría uso de ese anillo que compraste hace años pensando que no podrías utilizar, antes de que pudiera pasar cualquier cosa. 

Jotaro no iba ni a molestarse por preguntar como Polnareff sabía la existencia del anillo de plata atado en su cuello. 

-Ahora no es el momento y lo sabes. 

-Yo solo digo, no sabes que podría pasar. Si nos pides ayuda, podemos organizar una cita enseguida. 

Jotaro se giró a observar a Kakyoin, el cuál jugaba con Jolyne. Las palabras de Polnareff se encontraban en su mente. 

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Nuevo capítulo por fin :3 

Lamento la tardanza, no tenía ni la motivación ni las ganas de escribir, pero estoy haciendo el esfuerzo para terminar este fanfic de una vez por todas. Ya queda poco para acabar. 

Nos vemos pronto :)