La sirena part. 1

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Después de empacar lo necesario y con boletos en mano, se fueron al crucero, era bastante lindo y un ambiente agradable, ambos pensaron al instante que iba a ser una muy tranquila y agradable experiencia y se subieron después de dar el boleto al que los estaba recogiendo.

-¿Ya habías subido a uno?-preguntó Tam

-Nunca ¿tú?

-Sólo una vez

Nathan asintió y subieron, al parecer estaban teniendo un viaje importante las demás personas, estaban vestidos muy elegantes.

-Es impresionante-dijo Nathan impresionado viendo el mar

-Lo sé, me gustaría saber nadar

-Te podría enseñar

-Pero la última vez resultó mal

-Haré que aprendas a nadar, cueste lo que cueste ¿de acuerdo?, así como tú tienes una enorme paciencia para enseñarme a leer.

-Entonces necesitarás una gran paciencia-dijo Tam besándolo en la mejilla

-La tendré-dijo sonriendo por el beso

En eso sonó música en la cubierta y Tam se acomodó con él para bailar

Nathan la vio nervioso, era bueno en todo excepto leer, escribir y bailar

-Tranquilo,

-Es que...no se bailar muy bien...sé que ya lo hemos hecho, pero, aun así

-Yo te enseñaré más

Nathan suspiró leve y siguió lo mejor que pudo las indicaciones de Tam, ella hacía que Nathan la viera a los ojos y no se molestaba cuando la llegaba a pisar, Nathan era un medio desastre bailando y trataba de evitar no pisarla

-Si sigues viendo tus errores no podrás avanzar-le dijo Tam con cariño

-Esto es realmente difícil-dijo Nathan intentando dejarse llevar, estaba demasiado tenso.

-Piensa que solo estamos nosotros, en el departamento

Nathan se concentró en la mirada de Tam y en el departamento ellos solos, poco a poco se fue relajando, Tam sonrió cuando al fin Nathan se dejó llevar. Pasaron ahí un buen rato hasta que se cansaron, fueron a una parte donde no había gente y se quedaron admirando el cielo nocturno con la luna llena, cuando les dio hambre.

-¿Vamos por comida?-preguntó Tam

-Vamos

Entraron al restaurante para comer en la terraza y ya tenían en manos, fresas, fruta de todo tipo y demás, estaban comiendo y Tam de repente le quitaba a Nathan fruta de su plato, al verla hacer eso, reía y vio que tenía manchado en la comisura de los labios tantito chocolate, entonces se inclinó hacia ella y le besó esa parte limpiando el chocolate, Tam sonrió sonrojada y alargó el beso, pero de la nada algunas personas comenzaron a caminar hacia la orilla del barco y

Nathan se separó de Tam extrañado.

-¿Qué está pasando?

A lo lejos se escuchó una melodía en la cual hacía que tanto Tam como Nathan se quisieran lanzar al agua, Nathan quedó totalmente hechizado por aquella melodía y ambos caminaron a la orilla del barco, pero algo hizo que Nathan reaccionara y se dio cuenta de lo que estaban haciendo, vio a Tam y se asustó al verla tan cerca, entonces la agarró de la cintura llevándosela más adentro del barco, mientras las personas seguían lanzándose al agua. Tam empujaba a Nathan intentando lanzarse al agua y él la agarró con más fuerza de la cintura.

-¡Déjame ir!-gritó Tam lloriqueando

-No lo haré-dijo sin soltarla

Tam le comenzó a pegar en el pecho, de repente el barco chocó contra un arrecife y Nathan cayó al suelo todavía con Tam abrazada con bastante fuerza para que no se pudiera soltar, luego se escuchó como rompía parte de la popa y todas las personas se lanzaban al agua sin parar. Nathan vio todo eso y se transformó en el dragón negro y salió volando con Tam agarrada en sus garras con mucho cuidado, ya a gran altura, divisó una isla y descendió, ya en el centro, se volvió humano y se acercó a Tam, la cual, estaba inconsciente; Nathan estaba preocupado, se levantó y busco leña cerca de Tam, la apiló e hizo una fogata, se quitó la chamarra negra que traía, cubriendo con ella a Tam para que no se muriera de frío y sólo Tam se acomodó en la chamarra, Nathan suspiró y se quedó despierto, cuidando alrededor. A las pocas horas, Tam despertó, y Nathan estaba recargado en el árbol, medio cabeceando, pero no se atrevía a dormirse.

-¿Nathan?

-¿Estás bien?-preguntó acercándose a ella

-¿Qué paso? ¿y el barco?

-Estábamos ahí y se empezó a escuchar una melodía, que decía que saltáramos al mar, por poco saltas y el barco se hundió, tuve que sacarte de ahí y ahora estamos en una isla-dijo abrazándola

-¿Cómo porque iba a saltar al mar?

-Estábamos siendo hechizados por la melodía

-¿Crees que fueran sirenas?...

-No sé, no creo mucho en ellas

-Como en dragones

-Touché-dijo suspirando

-¿Ves?

-Sí, tienes razón-dijo Nathan observando la isla con más detenimiento

Tam se abrazó a Nathan sintiéndose un poco mareada y este la abrazó por la cintura.

-¿Te sientes bien?

-Estoy un poco confundida

-¿En qué parte?

-No recuerdo mucho, y si fueron sirenas, entonces ¿cómo lograste que no te afectaran?

-No sé, al principio si me afectó, pero hubo algo dentro de mí que hizo que reaccionara

-¿El lobo?

-Puede ser

-Deberías descansar

-Estoy bien-dijo Nathan, pero se le notaba unas leves ojeras

-No lo estás, en serio descansa

-En este momento no podría dormir

-Yo no me pienso ir

-Tengo miedo de que vuelvan a entonar la melodía y estés bajo su hechizo

-Si quedo debajo de ti, ¿te dormirás?

-Me sentiría más tranquilo

Nathan la cubrió de manera que si Tam se levantaba él la sentiría, ella se acomodó para dormir, pasando unos minutos, Nathan se quedó profundamente dormido, esperando que nada malo pasara en esos momentos.

Entre mundos (Nathara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora