ᴡ ɪ ɴ ᴛ ᴇ ʀ ɪ ʀ ᴏ ɴ // ᴏ ɴ ᴇ ꜱ ʜ ᴏ ᴛ ꜱ

Winter.

Eran muy pocas las veces en las que Winter se hacía presente, el equipo juraba que podría contarlas con solo una mano; pero esta vez... mierda, esta vez no tenía comparación con las anteriores.

Todo comenzó un día sábado, el día era algo gris y frío, el equipo estaba reunido en la sala de entrenamientos viendo como Natasha y James combatían cuerpo a cuerpo.

Steve y Anthony estaban conversando, sin quitar ojo de la pelea, puesto que a ambos les interesaban las técnicas rusas que eran aplicadas en la misma por aquellos dos; Bruce, quien no era mucho de combatir siendo... Bruce, solo estaba con un James Rhodes más que aburrido, leyendo un libro que le había regalado Nat días atrás, y, Clint, jugaba tranquilamente con su celular.

Todo estaba en calma, los golpes asignados por la rusa resonaban por la habitación y las quejas de James los contrarrestaban; Stark y Rogers habían terminado su plática, prestando ahora toda su atención a la pelea.

"Veo que no estás tan oxidado, soldado."

La pelirroja dijo con una sonrisa burlona, alejándose del cuerpo sentado en el suelo de su contrincante.

"Prefiero el término sargento."

La respuesta del pelinegro no se hizo esperar, la misma cargada de cinismo y ganas de volver a la pelea.

Esas ganas siguieron vigentes hasta que algo en su cabeza pareció reproducirse como una vieja canción pegadiza, como una de esas canciones que una madre suele cantarle a su retoño justo antes de ir a dormir... y todo pareció pasar en cámara lenta.

James se levantó, no siendo él mismo realmente, y se dirigió a atacar fríamente a la rusa, esta, sin saber lo que sucedía, no se vió venir el primer golpe. Un gancho certero en su quijada, juró escuchar un ligero sonido, pero ahora poco importaba; James la tenía sujeta contra el piso, apretando fuertemente su garganta.

En un acto desesperado por búsqueda de oxígeno, golpeó dos veces el piso en el que estaba, dándole a entender -o eso quiso creer- a James de que ya no seguiría con esto, a su vez que todos los presentes se alarmaban puesto que aún el pelinegro no la soltaba, y casi podían ver sus dedos lastimar la nívea piel de Natasha.

"James..." a la llamada de Clint no respondió. "¿James? ¡SUELTA A NAT, JAMES!"

Sin soportarlo más, él corrió a socorrer a su mejor amiga, siendo seguido por Bruce que luchaba por no convertirse en Hulk, sabía que la situación no lo precisaba.

Rhodes sólo pudo tomar su arma y apuntar, de ser necesario disparar, lo haría; no permitiría que nadie hiriera a sus amigos. Steve, en cambio, solo se acercó cuando vió que al fin separaron a James de Natasha, quien estaba algo roja por la falta de aire en sus pulmones y buscaba desesperadamente alejarse de su compañero.

"¿Buck? Esa no fue una linda broma; deja de juntarte tanto con Tony..." sin embargo, nadie contestó al comentario del rubio, este solo ocasionó que James se diera vuelta cual muñeco endemoniado y mirase fríamente al rubio, sus fosas nasales estaban totalmente expandidas y sus ojos no expresaban nada más que odio.

Con un golpe de parte de su codo, el ojiazul pudo liberarse de Clint, atinándole perfectamente en la nariz, quebrándola en el acto y dejándolo inconsciente; luego de eso, se dirigió hacia Bruce, quien asustado y sin saber qué hacer, decidió que era buena hora para dejar salir a jugar a Hulk; pero era tarde, con su mano de metal, el pelinegro tomó la cabeza del hombre verde y la estampó fuertemente contra su rodilla, dejándolo igual que el rubio, tendido sin amparo alguno en el suelo.

Un grito al nombre de Bruce salió de la boca de la rusa, quien se levantó desesperada y caminó rápidamente al lado de Rhodes, Steve y un anonadado Anthony.