Capitulo 6

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Roman

Me encontraba dando vueltas por la habitación del hotel como león enjaulado. Que estúpido soy. Pero lo hecho esta hecho, por más estúpida que suene esa frase, el solo pensarla me hace sentir mediocre, como si no pudiese enmendar los daños, pero es así. Augh.

Empecé a darle un poco de orden a la habitación, había jalado las sabanas tratando de desvanecer lo sucedido –inútil–; derribe las lámparas y varios jarrones, que para mi suerte no se quebraron, para que sus estallidos al chocar contra el suelo callaran las palabras de Sophia en mi mente ahora atormentada. Será algo que recordare con mucho cariño, aun que tal vez tu no. Lo admito. Oficialmente soy un imbécil.

La mañana transcurrió sin ningún precedente. Austen, Ed y yo rogamos a Simon para quedarnos con la escusa de que este lugar nos inspiraba para componer las canciones restantes para el álbum, aun que la verdad era la apuesta; Adam no dijo nada, pero Kevin nos siguió el juego. Simon dijo que rentaría un departamento por el tiempo que necesitáramos.

No les conté a los chicos el incidente con Sophia, aunque me carcome por dentro. En el desayuno, mientras Austen se desidia en que flores enviarle a Claire sentí que me desvanecería en ese momento, ¿Cómo la miraría a los ojos sin sentir esta culpa?

Harto de las paredes de mi habitación que no hacían más que eco de las palabras de Sophia, me incorpore y decidí tomar una ducha, ya casi eran las cinco, y como me había propuesto el día anterior iría a verla mientras que Simon hacia el papeleo con Paul.

Hablando de este tipo, ¿sería el novio de Claire? se comporto muy cariñoso con ella ayer y sería muy estúpido de nuestra parte –Aus, Ed y yo– seguir con esta apuesta de ser así. No puedo imaginarme a ese tipo con Claire.

Salí corriendo de mi habitación y baje las escaleras al vestibulo en el momento justo en el que Simon salía del elevador.
-¡Espera!- grite.
Se volvió frustrado.
-¿A donde crees que vas?
-Contigo-. sonreí enormemente.
Me miro fijamente, examinandome como si algo le molestara.
-Date prisa, vamos tarde-. se limito a decir.

Subí a la camioneta y me acomode para el viaje, no sería uno placentero, Simon estaba inconforme con algo, pero no sabía que. Al demonio, Simon siempre anda de mal humor, que le den.

Creía que no habría guerra despues de dos minutos de paz, pero debí saber que antes de la guerra el silencio es compice...

-Pense que te quedarías todo el día en tu habitación, debes tener una resaca horrible despues de anoche ¿cierto?

Respira, Ro. Actua natural y no te comera vivo.

-La verdad es que no. Solo que por la mañana estuve viendo peliculas y tenia una flojera del tamaño de cabello de Austin.
-¿De verdad? y, ¿por qué decidiste salir para ir al Blade? Te hubieras quedado disfrutando de esas peliculas tan interesantes-. dijo petulante.
-No me puedes mantener encerrado todo el tiempo, Simon. Soy joven, necesito salir.
Simon azoto el espacio de asiento entre nosotros haiendo que mi corazón diece un vuelco.

-Al demonio, Roman ¿crees que soy idiota?

-¿A que te refieres? ¿de verdad quieres que conteste esa pregunta?
-Sé sobre tu jueguito con Austin y Edward.

Mierda. Mierda. Mierda.

-Soy inteligente, Roman. Los conosco desde hace tres años, se cuando algo va mal e investigo.

-Adam-. murmuré indignado.

-No. Ni Adam, ni Kevin, tienes unos grandes amigos, fieles, que darían la vida por protegerte de tus estupideces. Cuando Adam salió maldiciendo del cuarto de Austin supe que algo estaba mal y escuche.

Sing to me (Cántame, amor I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora