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La detonación mató al corcel.

« ¡Demonios! » Maldije en mi pensar.
 Las punzadas de dolor habían llegado a su punto de auge.
Se exaltaban a sí mismas.

Miré a mi alrededor, aún aturdido. La escena era la esperada, pero aun así, una incesante mezcla de sentimientos y emociones se apoderó de todo mi cuerpo. 
Lo que un día fue la Legión de Reconocimiento; hoy era por la mayoría, casi todos, cuerpos inertes, despojados del latir, en medio del prado, expuestos por la luz de los débiles rayos del atardecer.
La batalla era ajena a ellos. Y el resultado de esta, no la sentirían.

Con mis últimas fuerzas, inhumanamente posible, logré ponerme de pie. 
« ¿Qué es lo que haría? »
No lo sé. Pero sabía que mi cuerpo reaccionaria en la adecuada oportunidad.

Analicé la situación, Eren ya había matado al titán mandíbula y cuadrúpedo.
Y ahora peleaba contra Reiner.
El titán femenino estaba a unos cuantos metros de ellos, Anni había salido del cristal; tal vez Eren utilizó al titán mandíbula para ello, como en Marley.
Se estaba regenerando.

Una vigorosa detonación me alertó, debía moverme. El sonido provino de una lanza trueno que fue detonada en los puntos débiles del titán acorazado, por los soldados voluntarios. 

«¿Dónde estaban los demás? Eso ya era obvio.»

Caminé hacia el lugar de la batalla.
Pensando y aclarando mi mente.
«Todo este tiempo lo único de lo que nos preocupamos fue por los demás. Eso era agobiante. Saber quién de todos tenía la razón, era una constante molesta.
 Algo irritante e imposible. Todos ponían sus deseos y anhelos para mediar.
 ¿Con cuántas vidas se pagó y se pagará?»

 ¿Qué es lo que haría?

Sacaría a Eren de ahí. Haría que todo terminaría.
A costo cuál sea.
Después de todo, eres tú lo único que me queda, Eren.

Accioné el equipo. Y llegué al hombro de Eren.

—¡¿Cómo es que estas vivo?! —exclamó un sujeto, tal vez uno de los fanáticos —. ¡Maldito bastardo! te-Ahgr—Antes de que terminara, le maté.

Gracias a lo dicho por el sujeto. Eren miró su hombro, pero no hizo nada; solo le miré fijamente. Y eso se rompió cuando regresó su mirada hacia el titán, que se había levantado nuevamente. Miré a un lado; ahí estaba el titán bestia. Si lo mataba. 
« Una atadura menos... ¿No, Eren? »

—¡Maten al soldado! —Se escuchó en el bullicio que producían el gas del equipo de maniobras. Dos soldados se me acercaban. Empuñé las navajas ya desgastadas y llenas de sangre.

En un solo instante antes de que atacaran.
 Eren esquivó un puñetazo, pero no los dos soldados, que cayeron al suelo, sin ningún indicio de poder levantarse. Miré a Eren, pero el contraatacó a Reiner.

—Pronto terminaré —susurré a la ráfaga de viento.

Accioné el equipo.
 Zeke lanzaba titanes al ejercito marleano.
Me enganché de uno de los titanes cercano a él, que tenía la suficiente altura para que no tocara el suelo. Corté los tendones de sus tobillos; haciendo que este cayera.

Los titanes bajo sus órdenes, comenzaron a moverse, acechándome.
No había árboles cerca.
«Maldición»
Un fuerte sonido llenó mis oídos, era familiar pero ambiguo.
El titán femenino se había levantado, tenía endurecidas las manos; y corría en dirección a Zeke. Los titanes corrieron hacia ella, mientras continuaba corriendo.

Mis pies se detuvieron al ver a alguien que inquiría entre los cuerpos.
Tenía la capa del uniforme de la Legión de Reconocimiento, así que me acerqué a él para mirarle.

—Mikasa... —La reconocí.

Espera... por favor; ¡Espera!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora