Su rostro al escuchar mi voz, solo reaccionó abriendo un poco, casi imperceptible; sus parpados. Un brillo débilmente se posó en sus ojos.
Su semblante lúgubre perduró. Tomó algunos recipientes con gas de los cuerpos, se acomodó la capa.
Ella no era de los soldados que la portara. Estaba manchada de sangre y rota. No llevaba su bufanda roja.—Mikasa. —Seguía ignorándome.
Vi las navajas que sostenía, necesitaba repuestos, ahora que tenía algo de tiempo.Visualicé unas en un cuerpo cercano a mí; para conseguirlas tenía que voltear el cuerpo; así lo hice. Involuntariamente, mis ojos buscaron la faz del cuerpo; era Connie, Connie Springer.
Él era uno de los que resguardada a Eren; uno de los que lo siguió dejando atrás a Jean.
« Tú no tenías por qué seguirle.»Sin más dilaciones, tomé sus navajas. Las acomodé y di media vuelta; pero algo me detuvo.
Eran dos recipientes de gas; llenos por el sonido que hicieron; sostenidos por las manos de Mikasa.Los acepté, y quité los que tenía para cambiarlos.
—Él dijo que Eren había cambiado, que ahora era nuestro enemigo... Pero. —Mikasa comenzó a hablar, con la mirada aun perdida. Me limité a solo escucharla—. ¿Por qué nos salvó? Él pudo fingir no notarlo y dejar que los escombros nos mataran.
Porque él mostraba indiferencia hacia nosotros, ¿no?Mikasa me miró, y yo le sostuve la mirada.
Sus ojos relucían, y eso era por el intento de frenar sus lágrimas amenazantes con salir.
« ¿Qué quieres que te responda? »Contemplé el campo de batalla; todo seguía igual, solo que el número de titanes era reducido, habían disminuido.
—Yo no puedo responderte. Se lo tienes que preguntar a él. —« Ahora mismo no sé en qué está pensando Eren. Yo quisiera saber también. » Regresé mis ojos a ella.
—Pero para eso, tienes que mantenerte con vida. — Ella solo asintió.
Caminé rumbo a los arboles más cercanos. No eran grandes, eso era un problema.
Logré concretar apenas cinco pasos. Mi cuerpo perdió el equilibrio y tuve que clavar una navaja en el suelo para apoyarme.La pérdida de sangre se entablaba en mi cuerpo.
—Capitán, ¿se encuentra bien? —Mikasa me sujetó. Oprimió la herida desbordante de carmesí. Mi semblante expuso el malestar que causaba la acción.
Por la seguida acción de ella; supe que percibió la sensación de calidez expandirse por sus dedos y mano. Con la otra mano; rozó con prudencia ese lugar de mi torso. La aproximó a sus ojos; la tonalidad y fragancia de la sustancia que manchaba sus yemas, delataron que se trataba de sangre.
Sin esperar la pregunta, o dar explicación. Retomé el camino, bajo los ojos negros expectantes de Mikasa.
—Muévete, tenemos que llegar a zona segura —Le ordené.
« ¿Qué más daba si me estaba muriendo? Tenía que llegar a él; antes de que eso sucediera. »Llegamos a las ramas más altas de los arboles cercanos.
Atentos, contemplábamos la pelea entre los débiles e impulsivos humanos, y aquellos a los que seguían; con pupilas analíticas, y marcados toques de frustración.« ¿Qué demonios había pasado durante mi ausencia?»
Y para saciar esa interrogante, tenía que interrogar a una Mikasa, más callada de lo habitual.—Necesito que me digas lo que pasó; así que empieza a hablar —promulgué con tono demandante.
Rugidos y explosiones resonaban sin pausas. Mikasa clavó su mirada en la corteza de la ancha rama.—¿No me escuchaste? ¿Crees que hay tiempo de sobra, como para desperdiciarlo?. —Frunció sus visibles labios; colegí que también sus cejas.
Con el más mínimo avance; planeé seguirla reprendiendo; pero una aporreada dentro de mi dorso, lo impidió.—Cuando el ejército de Marley comenzó su ataque; Eren mató a los caballos, y nos encerró con su habilidad de endurecimiento —habló la de cabellos oscuros; aun con la mirada puesta en la agrietada y seca textura de la rama.
—Logramos salir por un agujero que causo algo del exterior.
Para cuando salimos, solo encontramos estructuras puntiagudas hechas con la habilidad del titán Warhammer —dijo alzando la mirada.
Sus ojos se enmarcaron. Se intensificó el brillo; un resplandor de ahogamiento.—La muralla estaba rota, y todas las casas de estaban hechas polvo.
Connie los siguió gracias al rastro, nosotros también, pero el ejército atacó cuando nos acercábamos a Eren. Jean decidió rescatar a los heridos —proseguía narrando.
Antes de retomar sus palabras; se abrazó, abrazó la capa desgarrada.—Armin decidió mediar la lucha. Atacó al titán Mandíbula, que tenía el cristal de Annie.
El titán con el arma en su espalda, lo derribó; y el otro aprovecho para atacar a Armin. El vapor del titán colosal, quemó a soldados invasores. También advirtió a Eren; pero... —Su voz declinó.Preví lo que diría.
—Para cuando Eren y yo lo notamos... —Su voz era como una frágil capa de hielo; que raspaba en cada emulación de los sonidos para hablar—. El titán Mandíbula lo tragó.
No pude hacer nada, Eren tampoco. Nadie lo ayudó.Quebró.
En un denso y reprimido llanto.
La tristeza, el enojo y la impotencia lo matizaban.« ¿Es por eso que tú lo mataste, Eren? »
Era lo más probable; y consiguió también al titán cuadrúpedo.Eso solo me susurraba el pensamiento; que estabas todavía ahí, el Eren del cual me enamoré; con sus ojos color esmeralda que emanaba calidez y amabilidad.
El joven con sonrisa de Amarilis; no, aún más bella.
No tenia igual.Posé mi mano sobre el hombro de Mikasa.
—Ayudemos al mocoso. —Fue mi consuelo, orden y promesa.
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Colegí : Sacar una conclusión por medio de un razonamiento a partir de hechos, indicios, supuestos anteriores o de un principio general.
Aporreada: Manera de golpear repetida y violentamente. Especialmente con un palo o porra.
Warhammer: En español, titán "Martillo de Guerra".
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Espera... por favor; ¡Espera!
FanfictionSi solo me pudieras esperar un minuto, o un maldito segundo, yo podría llegar a ti... Como aquellas veces, ¿las recuerdas, Eren? → Los personajes pertenecen al manga y anime Shingeki no kyojin de Hajime Isayama. → Gracias a mi Beta♡: @0livieriou →...