5.

4K 270 20
                                    


Había ido a buscar mi saco de la escuela, estaba por todos lados buscándola pero no lograba encontrar mi maldito saco. Me fui hasta las canchas de la escuela y si, ahí estaba mi saco, lo tomé de la jardinera y lo sacudí un poco pero escuché una risa y llamó mi atención. Me acerqué un poco hacia donde se escuchaba esa risa y me escondí un poco para ver.

Mis ojos se llenaron de lágrimas al ver a Shadow coquetear con aquella eriza rubia de ojos azules… Él se veía tan feliz… Le estaba regalando una rosa roja… Sentí mi corazón romperse en mil pedazos. Tan solo me alejé de ahí y me fui rápido hacia los baños. Me encerré en uno de los baños y me senté en la taza, obviamente la tapa de este estaba abajo así que pude sentarme ahí.

Lloraba y lloraba, en verdad que yo amaba a Shadow pero creo que él solo me ve como su amante y ya… Escuché unos pasos entrar al baño, yo me tranquilice rápido, mi ventaja era que a mí no se me notaba cuando lloraba. Salí de una de las cabinas del baño.

Fue un error.


–Hey azul, –sonrió de forma coqueta haciéndome sonrojar– creí que estarías en tus clases.

–Lo mismo te digo. –Dije seriamente, dejé mi saco en el lavabo y proseguí a lavarme las manos.

–¿Ahora por qué tan serio? –Se iba acercando a mi– ¿Obtuviste una mala nota? –Su tono era sarcástico pero aún así lo hacía ver tan masculino.

–Tal vez. Deberías preguntarle a esa eriza rubia. –Idiota, no debí haber dicho eso, él tan solo empezó a reír.

–¿Te afecta? –Me acorraló contra la pared quedando nuestras bocas a centímetros- ¿Te molesta que hable con ella? –Su tono era tan seductor.

–Quítate…

Shadow cerró la puerta de los baños con seguro, me desabrochó el pantalón y lo bajó junto con mi bóxer sentándome en el borde del lavabo. Él se bajó la cremallera sacado su enorme miembro y entró rápidamente en mi haciéndome gemir al instante.


–Que te quede claro algo… –Comenzó a moverse algo rápido– Eres mío… Nadie más puede hacerte lo que yo… Eres mío, azul.

–S.. Soy… Ahhh… Tu… Ahhh… Tuyo… –Me costaba hablar, los gemidos eran muy bien provocados por él.

–Así me gusta.


Seguía sus embestidas dentro de mi, no pude ponerme serio con él… No puedo hacerlo, conoce muy bien mis puntos débiles y saca provecho de ello para hacerme lo que le plazca cuando quiere. Pero es un acuerdo que tuvimos, lo peor de todo es que ni así podía sacarme aquella horrible imágen de él con esa tipa de mi cabeza… No estoy seguro de cuando terminara esto... Pero creo que seguiré dándole lo que le gusta...

Give you what you like ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora