Ésa tarde la pasé desconcertada y fingí tener mucha tarea para poder cenar en mi habitación y evitar interrogatorios. Evidentemente nadie tiene mucha tarea el segundo día de clases, así que me la pasé viendo Netflix y leyendo.
Pensé que era buena idea si leía algo sobre filosofía, así que busqué en mi estantería el libro de René Descartes que me regaló mi papá.
Admito que soy una persona desordenada, y por lo tanto me es difícil encontrar mis cosas en mi propia habitación, pero siempre las encuentro tarde o temprano. Cuando estaba dándome por vencida en la búsqueda, logré ver ése libro color blanco con el título "Discurso del método". Felíz de haberlo encontrado, tomé rápidamente el libro. Sentí como algo se cayó con esta acción, y al fijarme me di cuenta de que se trataba de una fotografía; era yo misma con un cono de helado de chocolate en una mano y otra en mi estómago mientras me reía a carcajadas con los ojos llorosos.
A cualquiera que mirara esta fotografía le daría risa, o tal vez pensarían que salí de una función de Stand up de Franco Escamilla. Aunque casi.
Pero lo que nadie se imaginaria es que, momentos antes estaba llorando, y me sentía mal. Me encontraba en la parte trasera de un teatro, pero no porque fuera a ver una función, sino que yo daría esa función; mi primer presentación de baile.
No fue la primera vez que me presenté en público, pero si la primera vez que bailaría junto a un equipo de baile. Sufro un poco de pánico escénico, así que imaginen mis nervios. Estuve a punto de abandonarlo todo, sin importarme el esfuerzo que le dediqué. Pero alguien me impulsó a terminar lo que inicié, y me ayudó a superar el miedo que me inundaba, él me motivó y me dijo que creía en mí, me dio un helado, me hizo reír a carcajadas y me tomó esta fotografía. Ésa grandiosa persona, por más que me cueste reconocerlo; es Stefan.
Ahí me encontré de nuevo a mi misma desesperada, sin tener idea de qué hacer. Odio este sentimiento que ni yo puedo entender, de estar peleada con mi mejor amigo.
Y de pronto se me ocurrió algo; -¿y si no me dejó plantada intencionalmente? ¿y si no vió la nota?
***
El día de hoy, Becky no asistió a la escuela porque le dió diarrea. Y como me encuentro temporal e injustamente castigada sin auto, tomé el autobús para llegar a clases. Pero el bus tardó una eternidad y llegué media hora tarde. Tras una llamada discreta de Carolina, supe que entrar tarde a clase de Mr. August, es una pésima decisión.
Angustiada de lo que fuera a pasar, me dirigí a la biblioteca, ya que ir a un lugar más concurrido, peligraba una llamada de atención de algún prefecto o del mismo Mr. August.
Sorprendentemente la biblioteca no se encontraba vacía; algunos alumnos de último año se encontraban esparcidos en la área 2 de mesas. Me senté en la área 1, saqué mi libro de Descartes y comencé a leerlo. Estaba por comenzar la segunda parte cuando alguien abre la puerta obteniendo la atención de todos en la biblioteca.
—Mendes, llega tardes.— Dice una chica de cabello castaño, con notable enfado.
Mendes, ¡así se llama! Bueno, se apellida Mendes. Pero... ¿Cuál es su nombre?
—Lamento la tardanza, me quedé dormido
Su voz es masculina y gruesa. Me gusta.
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Recuperando mi dignidad
RomanceBlair Valentine es una dulce chica de 16 años con un corazón enorme, bondadosa, simpática y un poco insegura con una reputación intachable. O eso creía antes de conocer a Leo Mendes, un chico que cambió su esquema, pero no para bien, ¿o sí?