Dispersión de fuerzas

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- ¿Nefilim, Los gigantes? ¿Eres consciente de lo que dices?
- Sí, lo soy, yo contemplé las caravanas de mujeres, niños y niñas siendo llevados hacia el Aqueronte, observe como usaban hombres, para, ocupar sus cuerpos.
Santos retira el arma y se aleja, tapándose la boca con las manos.
- Esto puede ser malo, demasiado malo, ¿Donde están y como lograste salir?
- Liberé a la caravana, van de camino al pueblo, tienes que ir por ellos, esta vez no habrá problemas en el ataque.
- Pediré que envíen un equipo, arrasarán con todos.
-Gracias.
Siento un gran cansancio y pesadez en los ojos, los cuales se van cerrando lentamente, solo veo a Santos acercarse, hasta que pierdo el conocimiento, por completo.

Todo es oscuridad, no puedo ver nada ni a nadie. Me la he pasado caminando un buen rato, siempre lo mismo, nada cambia, pareciera un cuarto infinito, ¡de repente!, escucho una voz.
- Busca las gemas.
- Que?
- Las gemas.
- ¿Cuáles  Gemas?
- Al oscurecer, el sueño es la puerta.
- ¿Qué puerta?
La voz se va desvaneciendo, poco a poco.
- Estás fragmentado.
- No entiendo.
Se desvaneció por completo, me sentí perdido y de repente desaparecí de esa total oscuridad, para, entrar en ese inmenso bosque, pero, está vez era diferente, está vez no percibía el olor, ni la frescura de las plantas, ni una sola brisa de aire, todo me mareaba, era tan confuso, de repente, empecé a sentir una presión y no sabía que hacer, el aire me faltaba. Todo se volvió extrañó, ya no podía estar hay. Una voz empezó a llamarme.
- David, despierta, David despierta.
Sentí una melancolía, pues, pude recordar a mi madre, intentando despertarme.
  La voz se hizo más fuerte.
- David, despierta o te tiraré de la cama.
En el momento caí en la cuenta,  era Set, y amenazaba con tirarme. Me desperté y una luz blanca me segó, al parecer estaba en mi cama, todo estaba iluminado y pude ver a Set al pié de la cama, listo, para actuar, así que me levante rápido y le pateé, para, que retrocediera. Un quejido salió de su boca y retrocedió.
- Porque haz hecho eso.
- Planeabas tirarme, ¿que esperabas?, que no reaccionará. Muy mal.
- Pensé que estabas dormido.
- Tu lo haz dicho, estaba.
- Tendré más cuidado, para, la próxima vez que lo haga. Ha y te habla Santos, quiere que te reportes.
- De acuerdo, iré para, haya.
Me bajé, de la cama y me dirigí a la sala de reunión, dónde estaba Santos.
- ¿Como estás?. Sonaba seco, al parecer sigue dudando de mi
- Bien, me siento mejor.
- De acuerdo. Realizamos la extracción en la ciudad, rescatamos a unas veinte mujeres y unos quince niños y niñas. Al parecer habían atacado la aldea, lo que hizo caer las defensas y distrajo al cóctel de bienvenida, al hablar con algunos de los prisioneros que tomamos, dijo ver un ave enorme, descendiendo del cielo, destruyendo edificios y demás. ¿Tienes idea, de que pasó?
- Bueno, la verdad, quiero entender como pasó o que me paso haya adentro, solo se que me sentí más completo.
- Te diré la verdad, desdé que llegaste y demostraste el aura que te rodeaba, pensé que nos traicionarías, pero, al parecer, no ha sido así, creó que me he equivocado. Lo que si te voy a pedir, no quiero que actúes por tu cuenta, lo que hiciste. Mal interprete las cosas, así que, si vaz a hacer algo, avisa.
- Lo siento, pero, era una oportunidad que ni podía desaprovechar.
- Esperó y no se repita. Además, nos reuniremos mañana con los nuevos e iremos a Cd. Juarez, en Chihuahua, México. Hay sera nuestro puesto de avanzada.

Mierda, fue lo único que pasó por mi mente, yo era de hay y no pensaba reunirme con mi familia o conocidos tan pronto. Al menos podré evitar lugares concurridos o usar alguna máscara, para evitar que alguien que me conozca, logré reconocer mi rostro mutilado. No había pensado en ello, ahorita que lo pienso, no puedo recordar a muchas personas, muchas salieron de mi mente, desdé que me convertí en lo que soy hace meses. Todo lo sucedido, los conflictos en Biterrarum y está aparente guerra, el mundo se está empezando a desmoronar y nadie hace nada. Solo estamos nosotros.

Antes de irnos, se nos llamó, para ir al vaticano, se celebraría una eucaristía privada y se nos ofrecería una comida, esto simbolizando el fin, de una etapa de servicio y el comienzo de otra nueva, siendo enviados a la tierra principalmente. La celebración tuvo un cierto realce solemne, algo nuevo se aproximaba, algo inesperado. Necesitábamos entrar en ese espíritu de fortaleza, para, afrontar los problemas venideros. El banquete tuvo el objetivo de convivir y conocer a los nuevos integrantes, algo que sorprendió a Set, fue que Aurora, la joven que acompañó a Namira, se había integrado al grupo, además de otro joven, que aún no conocíamos, más al parecer tenía un espíritu en su interior, el del gran rinoceronte, de las tierras de África.
La comida a sido silenciosa y nadie a querido hablar, hasta que llegó Taro.
- Hola muchachos, ¿como están? Según escuche, son los muchachos de Santos. ¿Por que tan cayados?
Nadie  respondió, yo y Cam, no solíamos hablar mucho, Set en cambio, era un parlanchín de primera, pero ahora, ella lo ponía con los nervios de punta, Su primer encuentro con Aurora, fue caótico, Namira disfruto de su inocencia, lo que lo hizo quedar en ridículo o como un niño que apenas conoce el amor y las sensaciones del cuerpo.

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