Kiss me Good bye

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Siempre fue un misterio, de esos que deseas desenvolver poco a poco porque además si apuras el paso se rompe y se destruye. En el exterior una persona con enorme sonrisa siempre dispuesto a ayudar a los demás, quien te tiende la mano sin importar si él no puede alcanzar a ver en la oscuridad. Ese fue uno de los motivos por el que me enamore de él y ni siquiera el más importante. Porque cuando llega a un lugar basta levantar la vista para darte cuenta de que estas en el momento correcto y que nada puede salir mal a su lado.

Puede borrar el abismo que te consume con tan solo tocarte. Pero él también tiene su propio abismo de cabello rojo que lo mantiene a flote... Dicen que "si miras demasiado tiempo dentro del abismo él mirara dentro de ti." Y eso era justo lo que sucedía, porque la luz que irradiaba no era suficiente para alejar los demonios y al mismo tiempo los necesitaba, pues era su fuente para vivir y hacer lo que más amaba en el universo.

Las luces en el escenario al fin lo iluminaron, eran de color azul y giraban en torno a Sakurai Atsushi, que se abrazaba a si mismo con los acordes que brotaban de la guitarra y el bajo; reptando como serpientes por sus piernas. Estaba triste, tenia en el pecho clavada una espina que le hacia temblar y le impedía pensar más allá de la oscuridad. Porque cuando cantaba no había nada más que él y los sueños que se mezclaban en su cabeza. Ese era su secreto para interpretar y calar en lo más recóndito de los huesos... porque su voz viajaba en el viento, pero se metía bajo la piel y clavaba el corazón.

Era un tipo rudo, de los que se guardan en una coraza de metal para que nada pueda lastimarlos y se pintan la cara con una sonrisa para que sepan que todo esta bien.

"Mi voz se rompe y las palabras flotan en el viento, tan cerca de la felicidad que quisiera llorar"

Mientras su voz alcanzaba la última alma dentro del recinto se preguntaba ¿qué le hacía falta en el mundo? Y ¿por qué sufrir por alguien que ni siquiera puede mirarlo a los ojos mientras lo acaricia? Por qué añorar el tacto frío de sus labios y la piel pálida de su nuca. ¿Era qué Hayashi jugaba con él? No, la respuesta era no.

"Siempre estaré contigo deseando que me mires"

Se habían conocido por casualidad, era imprescindible pues debían frecuentar escenarios y reuniones, fiestas y canciones. Lo vio andar con un vestido azul reluciente, desafiando a todo tipo de autoridad que pudiera existir, cargando una zapatilla de cristal y en el cabello una tiara dorada que terminaba de enmarcar todo el asunto. Recuerda que se río internamente al verlo, pero también levanto en él admiración. Desde entonces se había dejado crecer el cabello y se pintaba los labios cada que era posible.

"Ahora que estoy cobijado por la luna, sería mejor si todo desapareciera por completo"

La primera vez que cruzaron palabras Hayashi el pianista enamorado de la música le había contado sobre sus sueños como banda y los deseos de que todos sus amigos llegaran tomados de la mano al podio de los ganadores. El trabajo arduo y el sufrimiento de los días sin comer. Y a pesar de ello una sonrisa le surcaba los labios, como si fuera lo mejor que le pudo pasar en la vida; estar al lado de ellos. Minutos más tarde y después de perder la cabeza en sus labios rojos, apareció Hideto, el guitarrista que se afianzo a su mano y no volvió a soltarlo en toda la noche. A ojos de Matsumoto era la primera y única vez que cruzaron palabras además de cuando llegaban a encontrarse en escenarios.

"Siempre estaré aquí, queriendo verte"

Sakurai sabía que no era así, que había hecho lo posible para contactarlo; que viajaba en su auto para verlo durante las noches y escuchaba todo aquello que le aquejaba en el corazón. Sabía cual era su color favorito y la manía que tenía por escribir en las servilletas, por hacer travesuras en bares y romper cosas en hoteles. Sabía lo libre y presa que podía ser y le fascinaba.

Cuando le habló sobre su novia, aquella mujer que se desvivía porque la carrera de Sakurai fuera a flote Yoshiki le dio los mejores deseos y lo abrazo, feliz de verlo feliz. Para Atsushi era un paso lejos de la obsesión para con el pianista y un respiro a la vida. La realidad es que podía calmar sus deseos de amor en los momentos más terribles, ¿quién puede vivir con amor acumulado en su pecho? Pero también que le aterraba cuando entre besos y abrazos se hacía presente la figura del también pianista.

Pronto sus ganas se esfumaron con las visiones y aferrado a sus principios se negó a engañar o dejar a su mujer. Se decía a si mismo que él no le arrebataría el amor a nadie y viviría para hacerla feliz hasta que ella no lo quisiera más.

"El tiempo de los dos se ha terminado y quizá sería mejor que el telón cayera al fin..."

Las luces del escenario se apagaron, dejando sus pensamientos viajando entre vahó, lágrimas, gritos y después silencio. En ese silenció sintió como si algo dentro suyo se hubiera derretido y esfumado, intento atraparlo en la lejanía, pero ni siquiera lo vio. Transcurrieron un par de minutos en silenció hasta que tuvo que agradecer y despedirse; esperando dejar en ellos una lección de vida, de amor.

"Hasta que las velas se extingan, hasta que las lagrimas se sequen siempre estaré contigo deseando que me mires."

Lost By timeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora