Carta #1 Moscú.

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Christian Williams.

En California, 22 de Diciembre de 2017.


Querido destinatario desconocido.

Lamento que está carta llegará a tu buzón, pero ya que nadie quiere escuchar mis sentimientos, los voy a regar por el mundo, hasta completar mí historia.

A ti, quién tiene en sus manos mí primer sentimiento, que fue el que desató el comienzo de una "historia de amor".

Todo empezó hace dos años, la vi en la ceremonia de graduación de la universidad.
Admito que no quería ir, debí hacerme caso y no seguir a mis compañeros.

Paseaba por todo el salón, intentando que el aburrimiento dejara mí ser, estaba estresado, quería huir de allí. Recuerdo que fui hasta la entrada y me senté en las escaleras observando el inmenso y oscuro cielo.

Pensaba que estaba solo, cuando de repente sentí en mí cuello una piel cálida y suave junto con una voz aterciopelada susurrando un hola, me tense en ese mismo instante, ahí fue cuando la vi, con su despampanante vestido Rojo, sus labios de cereza, su rostro perfilado, sus ojos cafés, sus pestañas largas, su piel de porcelana que brillaba bajo la luz de la luna y su inigualable cabello negro, en ese instante pensé en que nunca había visto las estrellas brillar tanto como esa noche.

Ella se sentó a mí lado, me sentí realmente nervioso, las palabras no salían de mí boca, aún cuando ella me preguntaba por mí nombre. Sé que me quedé unos largos minutos observando su belleza, y no, no era tan  delgada, no era de esas chicas de revista, era ella, sencillamente ella brillaba más que todas.

Salí de mí estado de estupor, la observé fijamente para después responderle, a lo que ella sonrió, esa sonrisa que marcaría mí vida para siempre, sin yo saberlo, ni teniendo conciencia de ello.

Mis manos picaban por agarrar las suyas, quería comprobar que aquella chica era de verdad, y no una imaginación de mí mente desolada.

Después de unos minutos, me atreví a preguntarle su nombre... El nombre que con tan solo decirlo, acaricia tus labios, y a mi me produjo mí primer sentimiento: La felicidad. Una felicidad que no era. Sara Collins la dueña de mí primer sentimiento en esta historia.

Querido destinatario desconocido, te agradezco que leyeras esto, que entendieras la pequeña felicidad infinita que se creó al conocerla.

Christian Williams.

Dear UnknownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora