Carta #6 Buenos Aires.

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Christian Williams.

En California, 22 de Mayo 2018.

Querido destinatario desconocido.

Lamento que está carta llegará a tu buzón, pero ya que nadie quiere escuchar mis sentimientos, los voy a regar por el mundo, hasta completar mí historia.

Destinatario, dejame decirte que amo con locura su acento, Sara amaba con locura su país, aun deseo poder llevarla algún día, a pesar de todo. Querido desconocido, quiero decirte que aquí no podría haber mucho, pero para mi, lo fue todo ese día. Querido desconocido, si conoces a un Genio, por favor, dile que devuelva el tiempo y me deje volver a sentir tantos sentimientos a flor de piel.

Después de cuatro horas, desperté, comprobé esto gracias al reloj de la mesa de noche. Dirigí mi mirada hacia Sara y dios, podría pintar miles de lienzos de su precioso rostro, de sus labios abultados, de sus manos tan perfectas aferradas a mi camisa, del como su cabello estaba desparramado por mi pecho y te tengo que admitir algo, fue la primera vez que desee besarla, de haberla conocido mucho antes para poder ser algo más, pero todo pensamiento se esfumó al ver sus maravillosos ojos abrirse, aquellos ojos que aún estando tormentosos, brillaban mas que mil estrellas, aquellos ojos que guardaban una hermosa e infinita galaxia adentro de ellos.

Acaricie con cautela su mejilla, al ver que no rechazaba mi tacto, la abracé de nuevo con todas mis fuerzas, dejando un leve beso en su cabeza, Sara me sonrió y se levanto de mi pecho, vi como aquella diosa se estiraba, fue la mejor vista del mundo, ella me pregunto que si tenia hambre, le respondí que si, así que fuimos a su cocina para llamar y comer pizza.

Nos sentamos en el sofá, mirándonos y compartiendo pequeñas observaciones hacia la pizza, me encanta que sea tan perfeccionista, ver como su ceño se fruncio al saber que yo amo la pizza con piña, me dio tanta risa que pase la peor vergüenza del mundo, me ahogue y le lance la pizza en la cara a Sara, mientras buscaba la gaseosa, Dios, quería que la tierra me tragara y me dejara en china o aun mas lejos.

Sara solo me vio algo extraño y dejo salir varias carcajadas, yo estaba cohibido, mi corazón latía dolorosamente, pero su risa lo valía, valía totalmente mis ganas de ir a esconderme. Sus ojos quedaban en un precioso "eyesmile" su mano cubría su boca y nariz, sus mejillas rojitas, sentí como mi corazón se salto algunos latidos, y aun no entendía por que, solo quería que aquella risa meliflua no terminara. Queria grabarla a fuego en mi cabeza y reproducirla todas las veces que se me sean posibles.

Seguimos comiendo y ya cuando estábamos terminando, le dije a Sara que para cualquier cosa, contaba conmigo, que yo estaría para escucharla, que no importaba la hora, el día o el lugar. Que lo único que deseaba era que no se guardara las cosas.

Vi en los ojos de Sara, como gigantescos huracanes pasaban y colisionaban entre si, me dolía, dolía como el infierno, pero esto era necesario. Ella necesitaba sacar todo el dolor, yo necesitaba saber que pasaba con ella.

Arroje todo al suelo y la abracé, ella se aferro a mi pecho y con voz quebrada, comenzó a contarme.
Su madre, su preciosa madre que tan fuerte se veía, se desplomo un día y de allí solo comenzaron las malas noticias, diagnóstico tras diagnóstico y su mundo se derrumbaba. Su madre podría tener cáncer si no se cuidaba, ella debía estar en control continuó y si se presentaban quistes o masas, debían hacerle una cirugía. Sara me dijo entre sollozos y voz rota, que ya no podía seguir sosteniendo a su hermano y a su padre, no cuando ella apenas y se podía sostener, que tenia miedo, que ya no sabia que hacer, que estaba estancada.

Y yo no podía decirle que todo estaria bien, no podría ilusionarla con algo tan grave, solo pude acariciar su espalda y decirle que ella no debía sostener a todos, entre todos se pueden sostener, que debía hablar con su padre, él es el mayor y podría aconsejarlos, debían hacer el ambiente lo más tranquilo posible, entre todos pueden cuidar de su madre, pero Sara seguía negando, ella me dijo esto "¿Qué debería decirle?
Intento ver por mí, pero no te pasa que hay una persona por la que pondrías por encima de todo? Incluso de ti mismo." ante sus palabras no pude evitar agarrarla por los hombros y separándola de mi y decirle con voz fuerte "PERO DEBES PREOCUPARTE TAMBIÉN POR TÍ.
DEBES ANTEPONER TU BIENESTAR" ella solo pudo soltar mas lágrimas y decirme con una pequeña voz "lo sé, lo sé, pero no puedo, no puedo dejar ver como se rompen, no podría, no de nuevo, no" y ahí entendí que ella no solo lloraba por lo de su madre, y no, no soy cruel, lo veía por como se expresó, por su llanto de la vez pasada, por sus gritos, por sus ojos y su cuerpo que temblaba.

Ahí esa mañana, entendí que a Sara le paso algo, algo terrible, que no solo lloraba por su madre, lloraba por alguien más o por ella misma. Decidí acabar con sus lágrimas, limpie esos grandes ríos y ¿alguna vez escuchaste que "Situaciones desesperadas, llevan a soluciones desesperadas"? Pues eso fue lo que me pasó, me acerque y le bese la frente, baje a su nariz dejando otro beso y después en sus mejillas. Vi como Sara dejo de llorar y se sonrojaba por completo, era una linda fresita, me acerque a su oído y le dije "travesura realizada" ella golpeó mi pecho suavemente.

Y te puedo decir que en ese instante me propuse hacerla reír todos los días, así que con euforia me levante del sillón y la levante por la cintura apegandola a mi pecho, comenzando a saltar con ella en mis brazos.

Sara se agarraba de mis hombros y grandes carcajadas salían desde lo más profundo de su garganta, me acerque a la radio que había en la mesa de la sala, le di reproducir y dios ¡el mundo estaba de mi lado! Estaba sonando "Should I stay or should I go?" De The Clash. Me acerque a la barra que había cerca de la sala y deje a Sara ahí sentada, me aleje unos centímetros de ella y me puse a bailar, sin algún ritmo o algo con sentido, solo dejaba fluir la musica en mi, le extendí mi mano y ella dudo en agarrarla, pero cuando lo hice, tire de su mano haciendo que ella callera, yo la agarre de la cintura antes de que tocara el suelo y la volví a soltar para comenzar a bailar.

Sara después de unos segundos me siguió el juego, comenzamos a bailar los dos, rozando nuestras manos, nuestros brazos y vi como sus ojos dejaban su fuerte tormenta y pequeños rayos de sol comenzaban a notarse, sabia que lo estaba haciendo bien, así que en un pequeño ataque de felicidad, la volví a alzar por las caderas y la agarre tan rápido que ella quedó en el aire unos segundos, volviendo a quedar en mis brazos, volví a hacer este pequeño accidente varias veces hasta que en unos de esos pequeños arrebatos choque con el sofa y caímos en este, nos estábamos riendo tanto que caímos del sofá de lleno, el alfombrado suelo nos dio la bienvenida y mas risas brotaron de nuestro ser, fueron tantas que nuestro estómago dolía y pequeñas lágrimas se asomaban por nuestros ojos.

Sara agarro mi rostro y dejo un pequeño beso en mi mejilla, susurrando un tierno "gracias por todo Chris" y solo le regale una gran sonrisa, negando con mi cabeza. Así seguimos toda la tarde, entre musica, bailes extraños y mucha comida chatarra.

Querido destinatario en tus manos y recuerdos te dejo hasta ahora, unos de los mejores fragmentos de mi vida, el entendimiento. Aquel que me aviso que Sara no a terminado de decirme que sucedió en su vida.
Yo te puedo decir que nunca me había divertido tanto en la vida como ese día. Y se que ese día nunca volverá, que las tardes de baile y comida grasosa nunca van a volver.
¿Te doy un consejo? Aun no se para que pregunto, si no me podrás responder en el instante, pero bueno. Mi consejo es que aproveches los momentos de felicidad, que aquellos no se pueden volver a rebobinar, que nunca podrás volverlo a sentir, que de los momentos mas felices, no existen fotos, que estos se guardaran en lo más profundo de tú corazón.
Te deseo una vida feliz y que en tu vida persista el entendimiento.
Se despide:

Christian Williams.

Dear UnknownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora