do ᥒot ᥣovᥱ mᥱ ✦ hanknow

cuatro

jisung tallaba su cuerpo con fuerza, el agua fría de la ducha caía sobre su cuerpo y él temblaba bajo ella, sin saber exactamente si lo hacía por la temperatura o por el dolor que se estaba causando.

estaba sucio, había pecado, su padre estaría muy decepcionado de su comportamiento tan erróneo, él tenía que castigarse y hacerse saber que algunas cosas estaban mal en el mundo, que había cosas que era mejor que no conociera, y si lo hacía, lo correcto sería ignorarlas y continuar como si nada.

eso era correcto, vivir como el resto lo hace, siguiendo un montón de reglas sin sentido, aunque algunas de ellas te hicieran feliz.

pero, desafortunadamente no se podían ignorar los latidos del corazón tan fácilmente.

su corazón latía locamente por alguien y ese alguien es un hombre, uno como él.

el corazón nunca se equivoca,
las personas lo hacemos.

las lágrimas que antes eran invisibles gracias a la lluvia artificial, se hicieron visibles cuando el muchacho cerró el grifo, éstas brotaban desesperadas, todo su rostro estaba húmedo a pesar de que había secado su cara instantes después de finalizar su baño.

quería ver a minho, lo quería ver desesperadamente, anhelaba que fuera otro día para poder tenerlo sobre sus piernas en el sofá nuevamente, como cada día después de la escuela, como cada día durante todo un año.

lloraba desesperadamente porque no era correcto, porque era un pecado y estaba enfermo, sin embargo, no podía parar de desearlo, no podía parar de imaginar los labios rosados de ese niño caprichoso que hacía rabietas por todo, ese mismo que le pedía abrazarlo en las películas de miedo, aquel que siempre estaba con él a pesar de las veces que le había repetido que estaba jodidamente enfermo, ese que le repetía constantemente alto que estaba mal, algo que no debería sentir, algo que... él jamás correspondería.

había llevado eso demasiado lejos, debió alejarse de él la primera vez que le dijo esas dos palabras, no debió haberlo besado después de esa confesión, su corazón no debió agitarse, ni la sonrisa en su cara debió surgir. tenía que sentirse asqueado, pero en ese momento se sintió feliz, se sintió libre y estuvo a punto de repetir las mismas palabras que el mayor, pero él no estaba enfermo, así que no lo diría.

terminó de vestirse sólo con un pans y una playera holgada, y procedió a acostarse sobre su cama, no soportó estar tanto tiempo ahí, así que salió a la sala, quería sentir la presencia de su amigo y el sofá siempre era un buen aliado para sus momentos de soledad.

su mandíbula casi cae al suelo cuando vio lo que estaba pasando, su padre le estaba siendo infiel a su madre, a la mujer a la que juraba amar... estaba traicionándola en el mismo sofá en el que minho y él se habían besado tantas veces.

la furia invadió sus sentidos, su cara se tornó roja, sus puños estaban cerrados con fuerza sobre la silla en la que solía sentarse para comer, su respiración se volvió agitada y violenta.

─ ¡haknyeon! ─ gritó y el hombre se sobresaltó lanzando a la mujer fuera de sus piernas. ─ ¡limpiate la boca, maldita sea! ─ gritó el chico mientras se acercaba a su padre.

─ jisung, no es lo que piensas. ─ habló tratando de tomar al muchacho de los hombros.

─ no me toques. ─ esquivó al hombre. su voz ahora salía en susurros. ─ te llenas la boca diciendo que la palabra de dios es sagrada... ─ retrocedió y lo miró con asco. ─ y acabas de cometer uno de los pecados más graves que existen. ─ rió de manera irónica. ─ no mereces a mi madre. ─ soltó.

─ ¡no saques conclusiones! ─ haknyeon estaba temblando.

─ y yo que me sentía tan culpable por besar a minho en ese sofá. ─ volvió a reír pero ahora lágrimas salieron de sus ojos, delatando su dolor. la cara de haknyeon se tornó pálida.

─ ¡¿qué?!

─ ahora los dos somos pecadores, padre. ─ dijo y corrió hacía la puerta, sin embargo, su padre lo tomó del brazo con fuerza. ─ suéltame...

─ eres un maldito enfermo, pecador...

─ igual que tú. ─ interrumpió y aprovechó la sorpresa de su padre para tirar de su brazo, logrando zafarse, seguido de esto salió de casa.

no tenía porqué esperar hasta mañana para ver a la persona que quiere.