Capítulo XXI

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Seúl, 14 de marzo del 2017, 6:30pm, sábado.

Jeon Jungkook.

Llegamos a Seúl, la ciudad a la que prometí no volver pero aquí estaba de nuevo, poniendo mis pies en la tierra maldita, no debí venir.

Me puse de pie caminando por el estrecho camino hasta estar enfrente de ellos esperando mis indicaciones.

— Chicos bajaremos en orden, tomarán sus maletas y nos esperarán enfrente de este hotel, les entregaremos sus llaves para que puedan ir a dejar todo y luego iremos a cenar ¿De acuerdo?

—¡SI JUNGKOOK! —Dijeron todos.

Miré a lo lejos a Momo que intentaba levantar a un dormido Jimin, este chico dormía como todo un niño, su cabellera despeinada, su boca medio abierta, era un caso muy tierno.

Sonreí antes de bajar para hablar con las personas del hotel al igual que con las maestras, noté como Taehyung bajaba del otro autobús y antes que dijera algo iría a afrontarlo.

—¡TÚ! —Lo tomé de la camiseta un tanto molesto llevándomelo lejos.

—¿Qué crees que haces?

—Lo mismo iba a decir yo, Taehyung, ¿Qué demonios contigo? ¿Por qué te fuiste en el otro autobús? ¿Qué tratas de hacer?

—¿Eh? Nada, tranquilo, solo quería ir... A hablar con Eunha, la amiga de Jimin.

—¿Qué?

—No quería decírtelo ya que eres muy cercano a él pero me llama mucho la atención esa chica así que quería ir con ella.

—Ya veo... —Relami mis labios— ¿Te dijo algo Yoongi?

—Me preguntó sobre Jimin pero le dije que no tenía idea, y tu ¿Qué? ¿Salió bien tu manera de acosar al joven?

—¿De qué hablas?

Tae río un poco.

—Por favor Jungkook, no me vengas con que no te gusta el chico, es muy notorio.

—¿Y?

—Además he escuchado los rumores de que lo has besado y ni siquiera me dijiste, pensé que eramos amigos.

—¿Quién te dijo eso?

—Pues Jimin no es la santa palomita que tu crees —sonrió— es todo lo que diré, deberíamos ir a ver que demonios en ese hotel.

—De acuerdo.

Caminé con Taehyung hasta ir a la recepción donde ambas maestras ya se encontraban dialogando con la recepcionista. Quería creer en las palabras de Tae pero no me había tragado ninguna, seguramente se sentó con Yoongi y este le contó lo sucedido en la casa, sé que Jimin todavía es un cobarde como para contarle esas cosas a Eunha.

—Jungkook, las habitaciones ya están listas, aquí tienes esta caja —Se la entregó a Tae— y la otra para ti —Me la entregó— vamos, vayan donde sus menores.

Asentimos saliendo del hotel hasta encontrarnos con los estudiantes de primer ingreso, todos tenían sus maletas y mochilas, se veían agotados, un viaje tan largo era un tanto frustrante.

—Ok chicos, aquí tengo las llaves de las habitaciones, por favor hagan una fila para entregárselas, recuerden que entre dos se dormirá en cada habitación así que elijan a su compañero de cuarto.

Todos comenzaron a murmurar para tomar a su compañero, esperamos a que se acomodaran y empezamos a entregar las llaves para que entraran al hotel y a sus respectivas habitaciones.

Una sonrisa llena de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora