Capítulo XXXVI

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Llegamos a la casa de Momo, ella bajó del auto para ayudarme a bajar pero cuando abrió la puerta y vi sus manos intentar acercarse a mí le di un manotazo no tan fuerte que la sorprendió. Me bajé del auto sin su ayuda, ella seguía sorprendida por mi acción pero no quería verla, no quería que me tocara, solo quería irme muy lejos y no volver a ver su rostro nunca más.

— Jungkook, ¡Espera! —Ella corrió hasta ponerse a mi lado pero yo debía seguir con esto aunque no quisiera.

—Escucha —Paré mi paso al igual que ella, me giré un poco para verla— hay que poner algunas condiciones a esto, si vamos a casarnos, no pienso tener un bebé, nada de embarazos.

—De acuerdo, ¿Algo más?

—No quiere escuchar que me amenaces debido algunas acciones o actitudes que haré, debes entender que me estás obligando a hacer algo que no quiero por mucho que te ame ¿Entiendes?

—Supongo.

—No quiero que me niegues seguir viendo a Jimin.

—¡P-Pero!

—No quiero que lo niegues ¿De acuerdo?

—Pero si él sigue estando a tu lado va a intentar convencerte de que sean algo, intentará seducirte y tú caerás rendido a sus pies, él es atractivo.

—¿Y?

—Te puede llegar a gustar.

—Por Dios... ¿Te sientes inferior al saber que él es guapo? Debes intentar tranquilizarte en ese tema, no voy a separarme de Jimin por mucho que te moleste, voy a casarme contigo y eso debería ser suficiente para que me creas.

—Aunque te cases conmigo sé que lo estás haciendo por tu propio bien, no quieras verme como estúpida porque lo que yo quiero, lo consigo fácilmente y deberás hacer lo que diga porque es lo que te conviene, ¿Cierto? Han Jae.

Ella me sonrió pero yo solamente podía verla con mi semblante firme, apreté mis manos hasta convertirlas en puño, ella estaba jugando un juego muy peligroso.

—Bien... Lo haremos a tu modo pero si crees que eres la única que puede manipularme, estás equivocada, yo también puedo jugar este juego así que si no me dejas seguir viendo a Jimin, mato a tu madre y si eso no es suficiente te mato a ti, creo que todo sería más fácil si te llegara a matar a ti antes, ¿Te parece si empezamos a jugar? Adoro este juego.

Era una guerra de miradas, ninguno quería salir perdiendo de esta situación, entendía que el amor de Momo era una obsesión que estaba opacando su lógica y estabilidad emocional, ella ya no era la chica que conocí, estaba quedando loca y aunque era mi culpa, fácilmente se podía ir y no volverme a ver pero su palabra era frágil y podía defraudarme rápidamente.

—Está bien, tenemos un trato.

Asentí para regalarle una pequeña sonrisa, ella solo siguió su paso y yo la seguí para poder entrar a su casa y comenzar esta gran farsa.

Park Jimin.

Odiaba que Jungkook se haya ido con Momo pero entendía la situación, ella estaba comenzando a actuar muy extraño y era preocupante pero lo mejor era seguir con esta locura.

Al paso de las horas, recibí una videollamada de mi madre, al aceptarla, miré a mis padres enfrente de la cámara, suspiré porque sabía que se venía una gran plática.

—Hola...

—¿Cómo qué hola? Jimin, ¿¡Qué está pasando!? ¿Estás bien?

—Mamá me alegra que hayas llegado a casa.

Una sonrisa llena de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora