Capítulo 17: Juntos

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Aquella semana estuvo en reposo sin asistir a su insituto bajo los cariñosos cuidados de su madre y constantes mensajes y llamadas de parte de Claude.
Su madre había hablado con él seriamente con respecto a la situación mental que le había echo desbordarse dándole la opción de escoger si quería o no iniciar sesiones con un terapeuta -Bajo su elección sin ser presionado a aceptar- a lo cual accedió un poco inseguro.
Por supuesto aquello del terapeuta lo había aceptado porque su madre lo había sugerido y tenía claro que al acceder haría a aquella mujer inmensamente feliz, si alguien mas hubiera dicho tal cosa probablemente lo habría tomado como una locura y se habría negado sin pensarlo dos veces.

Había vuelto hace unos minutos a las habitaciones del instituto, ahora hallándose sentado al borde de la cama aferrado a las mantas observando sus calcetines blancos de franjas azules con sumo interés y atención.

"Deberías decirle lo de Thompson."

Aquello golpeaba hasta el rincón mas recóndito de su alocada cabeza, a veces le hacia quedarse horas mirando un punto fijo en la nada pensando; ¿debería decirle del primer hombre que me rompió el corazón y me volvió una puta?
Era una decisión difícil, confiaba en Claude, por supuesto que lo hacía. Pero el sí sería lo suficientemente fuerte como para desenterrar por completo aquel pasado que hace un tiempo comenzaba a brotar, le hacia dudar de muchas de sus habilidades como persona.
Le hacia darse cuenta de que de valiente no poseía absolutamente nada.

-Voy a entrar!- Observó la puerta abrirse y posteriormente a aquel perfecto hombre (que como siempre) lucia un traje perfecto a medida, una sonrisa amable, el cabello peinado hacia atrás y un aire de confianza cegador.
Alois curvo sus labios en una sonrisa de labios cerrados dedicándose de forma sincera a demostrar su alivio al tenerlo por fin en la misma habitación que el sin la barrera Maestro, estudiante interponiendose.

-Hola- Saludo Alois con un tono de voz tan suave que parecía que su garganta estaba aliviandose recientemente de un resfriado. Claude caminó con sus pesados, largos y firmes pasos hasta hallarse junto a la cama donde tomó asiento junto al rubio que aun le miraba con una sonrisa y aquellos curiosos ojos azules.
Claude tomó la mano al borde de la cama entrelazando sus dedos con el menor, se inclinó hasta rozar sus labios contra la frente de Alois donde dejo descansando sus belfos permitiendole al menor cerrar los ojos y aspirar profundo el varonil aroma que parecía ser una capa protectora o un útil antídoto cuando se sentía débil, inseguro o triste.
Permanecieron en aquella cálida posición, Alois con los ojos cerrados respirando de forma lenta sintiendo la suavidad de aquella boca reposar en su piel, haciéndose una sensación cálida, única, una sensación que se sentía en poder de poseer y privar de ser dada a otros.
Sintió frío cuando el cuerpo de Claude se echo hacia atrás para apreciar lo que el pelinegro consideraba la cosa mas hermosa en la faz de la tierra, la posesión mas valiosa entre sus manos.

-Como estas?- Los ojos de Claude tenían aquella chispa eléctrica y en un radio de un quilometro o mas se podía sentir la forma en sus ojos amarillos deslumbraban el amor que sentía por aquel chiquillo de azules ojos y cabellos claros y suaves.

-Me siento bien ahora- Alois se arrastro sobre la cama subiendo al regazo de su tan amado hombre recargando su cabesita contra el amplio pecho del mayor sintiendo aquellas rápidas pulsaciones de las que era el culpable.
La manos mas grandes tomaron las pequeñas con sumo cuidado acariciando suavemente el dorso de las portadoras de aquellos finos dedos pálidos.
Alois suspiró profundo sintiéndose mas en casa entre aquellos brazos que en su legítimo y propio hogar.

-Te amo- la voz de Claude fue una forma mas de Enviar descargas que podrían hacer estallar su corazón.
Levantó la vista hacia el de cabellos negros propinandole un beso tan dulce en el mentón consiguiente a una sonrisa divertida e inocente.
Claude le tomo el mentón entre los dedos levantando sus labios para tenerlos a su disposición y se inclinó uniendo sus bocas con tal cuidado que de no ser por como la respiración del mayor chocaba contra su rostro no habría percibido aquel sutil beso enfermo de amor que había sido depositado sobre su boca.
Alois subió sus manos con cansancio hasta el cuello de su novio rodeandole de forma perezosa sin borrar su sonrisa de niño bueno. Volvió a unir sus labios sin poner las malas intenciones contra aquella boca madura que alguna vez fue voraz, ruda y bestial con su cuerpo y su misma boca. Y se hicieron disfrutar de sus labios, de sus miradas, de sus sonrisas y de las lagrimas que Alois derramaba cada vez que se sentía a gusto y completo bajo aquellas manos.

Aquello se repitió todos los días durante dos semanas hasta que Alois, de forma valiente le contó cada una de las cosas que le habían vuelto lo que ahora había dejado atrás.
Ahora estaban Unidos no solo por su enlace sexual.
Estaban unidos por el perfecto encaje de sus manos, de sus bocas, de sus ojos y de sus preciosas almas que antes vacías ahora se hacían completas al permanecer juntos.

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El siguiente capítulo sera largo, y se nos vendra algo intenso.
Tendremos las respuestas a aquellas incógnitas y teorías.

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Anonima-San♡

Fuera De Cámaras-AloisClaude.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora