Capítulo 4

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Peter se sirvió un vaso de agua e ingirió los medicamentos correspondientes para luego quedarse de pie en medio de la sala del curioso apartamento.

-Tal vez-pensó- habré tenido temperatura y solamente eso, estoy demente.

Una sonrisa inconsciente apareció sobre el rostro de el castaño, siguió de pie.  

Pensando. 

Empezó a caminar en el momento en que sintió el frío bajo sus pies, fue a su habitación no sin antes dejar el vaso en la cocina y se acostó con suavidad en la cama teniendo cuidado de no marearse, pues aún se sentía mal. 

Su estado de salud le recordó la vez que su madre lo envió a comprar unas cosas para la despensa y lo atrapó una tormenta con mucho viento; cuando Peter regresó a casa habían tres huevos rotos, el perejil destrozado y la carne llena de polvo y ramitas. 

El pobre chico estaba empapado y tenía mucho frío, pero a pesar de ello la Señora Davis lo reprendió y castigó asegurándole que se había quedado con sus amigos de la otra calle y por eso no había llegado a casa a tiempo.

 Peter se había sentido triste en aquella ocasión por la poca credibilidad que le había dado su madre, pero a los minutos la señora fue hasta donde se encontraba su hijo y le tendió una toalla algo calientita, además de un té para evitar resfriados; aún con una mueca de molestia le dio un beso en la mejilla y salió de la que era entonces, la habitación de su hijo.

''Sin duda una gran madre''

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⏰ Última actualización: Apr 23, 2019 ⏰

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Tal vez, solo tal vez....quiera irDonde viven las historias. Descúbrelo ahora