ONE

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Un sonido agudo cerca de mis oídos hizo que me sobresaltara, mire hacia  mi alrededor y pude ver la pequeña alarma junto a mi cama marcando las 7:00 a.m, aun adormilado, estire mi brazo un poco para apagarla inmediatamente.

Quite las sábanas que cubrían la mitad de mi cuerpo y me senté en la orilla de la cama, "Hoy es viernes, solo reciste el día de hoy y podrás descansar el fin de semana" pensé, me levante estirando todo mi cuerpo y escuchando cómo este crujía poco a poco dándome una satisfacción increíble al sentirlo más relajado. Me acerqué con pasos perezosos hacia mi tocador y mientras recargaba mis palmas en esta, me miré al espejo, tenía dos manchas negras debajo de mis ojos, haciendo que mis ojeras me dejaran al descubierto de lo poco que habia dormido últimamente a lo igual que mis ojos estaban rojos e hinchados informando cómo habia llorado toda la noche. Baje la mirada hacia mis labios y estos estaban resecos completamente, se encontraban partidos y sin vida, heche un vistazo por último a mi cara completamente y vi una piel sin color, me encontraba demasiado pálido. Sonreí haciendo que mis ojos quedaran en una fina línea y mi sonrisa intentara transmitir algo de brillo como siempre lo hacia, entre mis gruesos pero resecos labios.

-Park Jimin, es hora de empezar el día como siempre, siendo positivo...- me dije a sí mismo en el espejo, sin quitar esa encantadora sonrisa que a muchos de mis amigos se les hacía adorable y poco reconocían la verdad de esta.

Abrí el cajón de mi tocadoe y saque del fondo una pequeña bolsita color lila, la abrí sacando un poco de base, bálsamo y unas gotas que siempre utilizo en las mañanas cuando mis ojos no pueden ocultar su crimen. Unte un poco de base en mis dedos y con una pequeña sonrisa lo apliqué por debajo de mis ojos, intentando tapar esas oscuras manchas que me hacían ver más cansado, puse un poco más por todo mi rostro y con una pequeña esponjita esparcí el líquido por mi cara, haciendo que esta quedara de un color que no me hiciera ver tan demacrado, difumine lo que quedaba debajo de mis ojos haciendo que las marchitas desaparecieran casi por completo, tome el pequeño frasco que contenían las gotitas, lo abrí e inclinando mi cabeza hacia atrás presione el pequeño pomo sobre mis ojos, haciendo que cayeran 3 gotitas en cada uno, parpadee un par de veces para que el líquido se esparciera y reincorpore mi rostro aun con esa pequeña sonrisa en el, regrese las gotitas a la bolsa y tomé el bálsamo que se encontraba a un lado, lo abrí y aplique una gran cantidad sobre mis labios, acomode un poco mi rubio cabello y tratando de evitar que mis ojos se dirigieran por el espejo a mis costillas, llenas de puntos morados; me dirigí hacia mi armario, realmente tenía poca ropa de mi gusto, mayormente mi padre me compraba más ropa "decente" pero realmente no me sentía cómodo con esta, agarre una de mis camisas con un corte "V" color blanco y un pantalón negro entubado, me agache un poco y tome unos converse blancos. Agarre toda mi ropa y me dispuse a cambiarme rápidamente ya que sabía que mi madre no tardaba en venir a levantarme. Cinco minutos más tarde mi puerta se abrió dejando ver, cómo había predicho, a mi madre, aun con sus ojos inchados por apenas despertar y una dulce sonrisa en sus labios, se acercó lentamente y poniéndose de puntillas me dio un pequeño beso en mi frente.

-Buenos días pequeño, apenas venía a despertarte, pero veo que ya no es necesario.- rio un poco somnolienta.

-Buenos días mami- le sonríe dulcemente- quiero empezar a levantarme más temprano para no ir con el autobús lleno.-mentí.

-Esta bien corazón, ahora termina de arreglarte y baja a tomar algo, no quiero que te vayas con el estómago vacío.-Y sin poder objetar, salió de la habitación dirigiéndose a la cocina.

Termine de arreglarme, tome mi cartera, celular y mis audífonos y salí de mi habitación viendo cómo una mancha cafe gigante salía del cuarto de mis padres y me recibía con gusto. Así es, tengo un perro bóxer, tiene 3 años aproximadamente, y es el único que me consuela en momento en los que me siento demasiado devastado, el llega y con sus babas escurriendo y su ladrido encantador me llena la cara de lamidas y avienta un juguete hacia mi, intentando distraerme cuando me ve demasiado mal, si, mi perro es el mejor de todos.

DEAR DIARY  •KOOKMIN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora