siete.

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Narradora.

Llegaron a la casa de Kai, eran aproximadamente las cuatro de la tarde, él sol aún estaba brillando y los pájaros cantando. *combinó eso we, okno mejor sigamos*

Subieron unas cuantas escaleras y ya en el cuarto del menor, Soobin pusó sus cosas en un estante de muchos que tenia.

—¿Qué hacemos? —preguntó el de cabello negro, arreglando el lugar donde dormiría Soobin.

—No sé ¿Tienes alguna idea? —contestó el mayor alzando los hombros. —Lo que sé es que no quiero dormir, aún es temprano.

—¿Videojuegos? —preguntó y miró los que tenía.

—Genial —sonrió el pelinegro.

Los dos jovencitos jugaron por una hora Mortal Kombat 11 y otras dos Fornite.
La habitación estaba envuelta en risas y gritos de parte de los dos chicos que hasta la madre de Kai llegó a pensar que uno estaba matando al otro. Ya los dedos les dolían y cómo sería obvio Soobin ganó más veces que Kai, ya era un experto en todos los videojuegos que existían pues había jugado desde los 5 años.

—¡Hyung! —gritó Kai cuando Soobin mató a su oponente.

—La vida es injusta para tí —respondió Bin y empezó a reir.

—Ya jugamos bastante —alzo la voz Kai. —Ve el cielo —abrió la ventana.

—Está oscuro —respondió Soobin. —Dejame ver la hora.

Soobin se levantó y buscó su celular en el bolso donde había puesto su ropa. Lo encontró y lo prendió.

—Son las 8:04 de la noche —puso el celular en su bolsillo.

Kai procedió a apagar todo y puso los videojuegos en su lugar.

—E-es muy extraño que mi madre no nos haya llamado para cenar —habló Kai entre susurros, mientras que Soobin estaba sentado en su cama. —Voy a ver que está haciendo.

—Ve —contestó Soobin.

Kai salió del cuarto y fue al de su madre, abrió con mucho cuidado la puerta y vio que Jeso estaba totalmente dormida junto a su esposo.

Esto pasaba por su cabeza:

Tal vez estaba muy cansada.
Ahora tendré que hacer algo de cena con Soobin.

Soobin, por su parte se dedicó a ver otras cosas que el menor tenía en su habitación. Algo que mucho le gustó fue la guitarra, él tenía tiempo queriendo aprender a tocar ese instrumento.

—Soobin-ah mi ma-

Estaba de verdad presenciando aquello.
Aún no lo creía.
Soobin estaba desnudo de la cadera para arriba.

—D-disculpa, no quería entrar así —estando cabizbajo sintió sus mejillas sonrojarse poco a poco.

Soobin rió y se tapó con la camisa que hace unos minutos tenía.

neighbors ↳ sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora