Carta XIII

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Papá:

La vida no es justa, eso lo sé muy bien.

Los matorrales frente a casa yacen muertos por mí junto a los girasoles allí. La casa se siente vacía, tu aroma aún sigue impregnada por estos lares. Tus fotos y tus libros en la repisa, tus zapatos en el estante y tus corbatas en el perchero.

Mirar arriba y observarme desde allí.

Soy una deshonra.

Mamá esta descontrolada, desolada y abatida. Se refugia en otros para no ser arrastrada por el monstruo de allí, aquella bestia de ojos pardos y piel roja que no deja de mirarme. Él no me quiere con vida, el quiere verme caer.

Tengo mucho miedo papá, ya no hay dinero. Él lo consiguió, estoy cayendo frente a sus pies.

Los crayones ya no pintan y tu voz ya no palpita.

Aquí no hay vida





Papá, ¿dónde estás?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora