Carta XVI

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Papá:

Recuerdo cuando íbamos a la casa de la abuela a jugar. Tú tenías la manía de asustarme todo el tiempo pero no me importaba. Ojalá hubiera estado ahí papá.

Ahora los cielos se ven oscuros y tu luz se ve opacada por él. Las gotas que caen no son de felicidad ni de tristeza. Los charcos de muerte... Mamá.

La botella se rompió.

El fuego arrasó y quemó todo lo que conocía en vida y ahora en muerte. Ahora estoy perdida y no sé como tenerte, esto es un laberinto sin entrada ni salida.

Ven conmigo.

Estoy con él.

Y no hay vuelta atrás.









Papá, ¿dónde estás?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora